martes, 24 de julio de 2018

Publicidad en el lugar de venta

En la entrada anterior expusimos que “en la campaña, lo que se pretende comunicar es la propia campaña”. Para ello se emplearán diferentes elementos. Hoy dedicaremos la entrada al conjunto de elementos que se utilizará para comunicar la campaña en la farmacia:
LA PUBLICIDAD EN EL LUGAR DE VENTA
La propia superficie de venta de la oficina de farmacia es una de las herramientas de marketing más eficaces por su capacidad de influir en la decisión de compra de los clientes que se encuentran en el establecimiento.
Uno de los elementos comunicativos que vamos a emplear en la farmacia es la denominada “publicidad en el lugar de venta” (PLV), también llamada publicidad en el punto de venta. Engloba los elementos portadores de un mensaje publicitario que están expuestos en el lugar de venta.
Estos mensajes han sido creados para ser emplazados en los comercios a los que acude el público a comprar. Deben ser mensajes persuasivos que no utilizan los medios masivos como intermediarios, sino que se dirigen directamente al público comprador y ocurren en el momento en el que se toma la decisión y se adquiere el producto.
La gran ventaja de esta fórmula es precisamente su capacidad de influir gracias a estar presente durante la ejecución de la compra. La función del PLV es transmitir un mensaje persuasivo que atraiga a las personas que están ya en la farmacia.
Ésta es la principal ventaja de la PLV con respecto a otras técnicas promocionales: no existe un espacio de tiempo entre la recepción del mensaje y la toma de decisión de compra, sino que las dos situaciones suceden en el mismo momento y lugar.
No se debe  confundir la PLV con las promociones (acciones acciones a corto plazo dirigidas a estimular la demanda de un determinado producto). Aunque es obvio que promociones y acciones de PLV están relacionadas, porque una comunicación que no se comunica a los clientes está abocada al fracaso. La promoción es una acción puramente comercial mientras que la PLV es la acción comunicativa mediante la cual informamos a nuestros clientes de una promoción, del lanzamiento de un producto, etc.
Además la PLV es una actividad que únicamente puede llevar a cabo el fabricante, nunca el distribuidor.  Por lo que se excluyen del concepto de PLV aquellos materiales empleados por el distribuidor para señalizar los precios de los productos, las ofertas o sus características.
La publicidad en el punto de venta es una herramienta cada vez más utilizada. Es mucho más barata que la publicidad emitida a través de otros medios como pueden ser la televisión o la radio. Tiene gran capacidad de influencia gracias a estar presente  durante la ejecución de la compra. Precisamente ese contacto directo y físico con el consumidor le aporta parte de su gran eficacia. Gracias a la PLV las promociones se hacen más visibles, palpables y perceptibles. Además, este contacto directo favorece compras no previstas de los productos que se anuncian.
Por otro lado, esta técnica permite adaptar la publicidad a cada tipo de establecimiento en el que se sitúe, llegando de una manera mucho más eficaz al público objetivo (o target).
Los objetivos básicos de la publicidad en el lugar de venta son seis:
1.- Captar la atención del público objetivo en relación a un producto determinado. Esto puede resultar complicado, porque el establecimiento donde se realiza la PLV suele estar caracterizado por la saturación, las prisas de los clientes,...
2.- Proporcionar información al comprador sobre:
- La existencia y ubicación de un producto en el establecimiento.
- Las ventajas y características de un producto/servicio que ofrece el establecimiento.
- El lanzamiento de un producto, ya sea porque es nuevo, o porque no siendo nuevo se quiere evitar que quede en el olvido.
3.- Persuadir al consumidor de que lleve a cabo la compra, proporcionándole motivos para realizarla o para que cambie de opinión en caso de que el cliente no tuviera pensado llevar a cabo dicha compra antes de entrar en la tienda.
4.- Animar el punto de venta, completando la decoración y el ambiente del establecimiento para:
a).- Llamar la atención del cliente hacia determinados productos/servicios.
b).- Generar curiosidad en el cliente potencial que favorezca que pregunte y busque información.
c).- Incrementar el tiempo de permanencia en el establecimiento.
d).- Provocar acciones que contribuyan favorablemente sobre la posibilidad de compra.
e).- Favorecer que nos recuerde cuando precisen algún artículo de farmacia, o nos recomienden a sus conocidos.
5.- Repetir en el establecimiento el mensaje seleccionado para la promoción del producto o marca. Recordemos que se desea que el impacto de dicho mensaje llegue al consumidor justo en el momento en que se toma la decisión de compra.
6.- Favorecer la venta de los artículos/servicios publicitados.
HAY MUCHOS SOPORTES PARA TRANSMITIR UN MENSAJE DE PLV:
1.- Carteles: Son un elemento básico de comunicación. Favorecen la localización rápida del artículo que busca el cliente, y también son un reclamo para artículos que los clientes en principio no tenían idea de adquirir, o no conocen. Favorecen la animación de la tienda y captan la atención de los clientes.
Tipos de carteles:
a).- Cartelas: superficies impresas situadas en la parte superior del expositor.
b).- Displays: carteles dispuestos con pie trasero. Generalmente, con la función exclusiva de comunicar publicitariamente un producto, mensaje o servicio especifico. Los displays pueden contener productos, pero a diferencia de los situados en los expositores, los productos contenidos en los displays no se destinan a la venta. Su función es meramente decorativa.
c).- Monolitos: publicidad en forma de columna donde se ubica el mensaje publicitario.
d).- Stopper (estopor en español): proviene del vocablo francés stoppeur – que detiene-. Es un elemento publicitario que busca la detención del cliente a fin de que lea la información suministrada. Quizá el más común sea el que sobresale del lineal. La publicidad sobresale del lugar donde se encuentra ubicado el producto. Su objetivo es llamar la atención del cliente consiguiendo que se detenga delante del producto que se está promocionando.
e).- Tira: Se coloca en el lineal y permite señalizar los productos que pretendemos destacar. Es utilizada por las marcas para delimitar su espacio en el lineal.
2.- Expositores o muebles expositores: se trata de muebles en los que se exhiben productos destinados a la venta, o material promocional como folletos, catálogos o pequeñas revistas disponibles para el cliente.
Consisten en varias baldas o estantes combinados con imágenes y/o carteles publicitarios. Tienen como finalidad provocar la venta de un producto o informar sobre algún aspecto relacionado con la promoción de la venta.
Los expositores pueden ser:
a).- De pared: diseñados para colgarse de los muros.
b).- De sobremesa: para ser ubicados sobre mesas, o los mostradores.
c).- De suelo (floor stand): se apoyan directamente sobre el suelo, de forma que los artículos quedan directamente a la mano del comprador potencial.
Los laboratorios ofrecen estos expositores cuando se realiza una promoción del producto o de la línea de productos. La farmacia también puede optar por tener un expositor propio donde ir rotando estas promociones.
Un tipo especial de expositor es la caja expositora: un embalaje que, abierto de forma determinada, se coloca en una estantería de la góndola y se convierte en un expositor del fabricante, de un solo uso.
Sin embargo la PLV no se limita únicamente a carteles o expositores publicitarios sino que gracias a la tecnología disponemos de otro elemento de comunicación:
3.- Las pantallas digitales.
Utilizan un conjunto de tecnología y aplicaciones informáticas que son capaces de emitir mensajes multimedia mucho más atractivos y directos.
Se basa en pantallas de plasma convencionales, conectadas a una red virtual o a través de un ordenador personal conectado a internet que le permite mantener y actualizar los contenidos publicitarios.
Presentan varias ventajas frente a la tradicional comunicación estática en el punto de venta:
- Dinamismo: No es lo mismo para el consumidor contemplar los anuncios a través de los soportes tradicionales, inmóviles y estáticos que recibir el impacto de una publicidad en constante movimiento. De hecho, recientes estudios señalan que este tipo de publicidad triplica las ventas de la publicidad estática.
- Flexibilidad: Permite una comunicación flexible, que puede ser segmentada y modificada en tiempo real de acuerdo a las circunstancias concretas del negocio o tipología del público objetivo. Nos permite trasmitir diferentes tipos de mensajes para promocionar los productos y servicios que se ofrecen,  para ofrecer consejos de salud, o `para suministrar informaciones corporativas.
- Diferenciación: Con este tipo de elementos tanto las farmacias que los instalan como las marcas anunciadas logran diferenciarse notablemente de la competencia y aportan a los clientes una experiencia de compra más satisfactoria.
Potenciar la venta de los productos/servicios que ofrecemos en nuestra farmacia está a nuestro alcance. En una próxima entrada profundizaremos en el tema de las promociones, pero mientras tanto les animamos a impulsar las ventas dentro de su farmacia destacando aquellos productos que puedan ser interesantes a sus clientes por el precio, porque sea una novedad, etc.

sábado, 21 de julio de 2018

Campañas y promociones en la farmacia 2. Planificación de una campaña de promoción

Una promoción es un conjunto de actividades de corta duración (limitación temporal), dirigidas a los consumidores, orientadas  al incremento de la eficacia y de la cifra de ventas. Para ello temporalmente  se ofrece un “valor adicional”, se ofrece una ventaja con la adquisición del producto/servicio. Los valores adicionales  más utilizados en promoción de ventas son: dinero en forma de descuento, productos, servicios, muestras  y regalos.
PLANIFICACIÓN DE UNA CAMPAÑA DE PROMOCIÓN
La promoción debe ir precedida  de una  planificación  meticulosa. Antes de abordar  cualquier  tipo de promoción hay que  responder a una  serie de preguntas que nos definan  los elementos  “sobre y “con” los que vamos a trabajar:
1.- ¿Por qué queremos hacer esta promoción ahora?
Aprovechar la salida de  un  nuevo  producto, la proximidad de una época del o o una fecha señalada,  la lentitud  en  el  movimiento de existencias,  el decaimiento en las ventas,  etc.
2.- ¿Qué objetivos buscamos?
En primer lugar, debemos plantear unos objetivos coherentes y acordes a nuestro planteamiento. Nuestro enfoque no puede ser el mismo si pretendemos atraer a nuevos usuarios y aumentar la clientela, que si  nuestra intención es la de introducir algún producto/servicio nuevo, o reducir las existencias de artículos de baja rotación.
Es  primordial  una definición  clara y precisa de los objetivos  que  se persiguen con  la campaña para  poder  evaluar sus resultados:  darnos  a conocer  como farmacia moderna e interesada por sus clientes,  dar  a conocer un servicio o un producto, incrementar  el volumen de venta y aumentar  la repetición del acto de compra   o  desviar   la  atención   del precio.
3.- ¿A qué público nos dirigimos? 
Hemos de definir el segmento de población que va a ser el objetivo de la campaña, es decir, el tipo número y características comunes de los residentes o trabajadores de la zona, el tipo de clientes más asiduos, o el perfil de aquellas personas que queramos incorporar como posibles clientes valiéndonos de la promoción. Porque condicionarán claramente el diseño de la promoción en términos de captación de nuevos clientes.
4.- ¿Qué mensaje queremos lanzar?
Tendremos que elegir un tema o motivo central de la campaña, que debería sustentarse en: la época del año (muchos productos tienen una época del año en que la demanda aumenta de forma significativa respecto al promedio del resto del año), los objetivos que nos hemos planteado y lo que conocemos sobre nuestro público objetivo.
Habremos de escoger los artículos que van a ser el eje de la campaña. Y después, redactar concretamente los mensajes, que habrán de ser atractivos, claros y coherentes con el tema central de la campaña.
Resulta de Perogrullo, pero recordemos que en la campaña lo que pretendemos comunicar es ¡¡LA PROPIA CAMPAÑA!!
Y eso haremos, de forma sencilla. Porque la sencillez es entendida y deseada por la mayoría del público.
Y a través de una proposición única de venta: no bombardearemos con excesivas proposiciones, sino que escogeremos la más atractiva, la más persuasiva,  la que más no diferencie de la competencia, y basaremos el mensaje en ella. La idea será más clara para el receptor y más convincente. Veamos un ejemplo:
5.- ¿Con qué recursos contamos?
Una vez hemos establecido los objetivos que pretendemos alcanzar. Debemos establecer qué recursos vamos a destinar a lograrlos.
La propia Farmacia en sí en un recurso informativo, que debemos aprovechar al máximo. Comenzando por el escaparate que debe ser el primer punto de reclamo para comunicar nuestra campaña (ya que será visible por todas las personas que pasen por delante). Por este motivo, debemos hacer especial hincapié en que puedan obtener de forma fácil y directa toda la información posible acerca de nuestra campaña: en qué consiste y sobre todo, porque es interesante para el cliente. Si alguno de estos datos no queda claro, todo nuestro esfuerzo puede verse truncado y nuestra campaña nunca alcanzará sus objetivos.
Una vez hemos creado el primer impacto en el escaparate, debemos trabajar el interior de nuestra Farmacia. Planificaremos una estrategia de refuerzo, de forma que vayamos despertando el interés del cliente por conocer más acerca de nuestra campaña.
El mensaje de la campaña debe repetirse para que llegue de nuevo al cliente potencial en el momento de la compra.
En el establecimiento debe colocarse al menos 3 veces:
- En el escaparate
- En el espacio de exposición (por ejemplo: puede repetirse el mensaje en el lineal donde se encuentran los productos)
- En el mostrador.
La señalética que se emplee deberá ser sencilla y fácil de entender, y no deberá competir con el resto de material promocional (para reducir el ruido de fondo que ya existe).
Además de cartelería, folletos, exposición de productos (elementos estáticos de promoción) la farmacia también puede emplear actividades que pueden fomentar el conocimiento de un  producto/servicio. Tales como charlas informativas o demostraciones de producto.
Por supuesto, no debemos olvidarnos de los medios digitales. En una sociedad totalmente digitalizada, debemos comunicar nuestra promoción allí donde podamos encontrar un público al que pueda interesar. Debemos establecer en dónde y en base a qué vamos a comunicar nuestra campaña en ese medio. Si elegimos un canal inadecuado, haremos un esfuerzo inútil. ¡No debemos olvidarlo!
6.- ¿Con qué presupuesto contamos?
Veremos  hasta  qué  nivel  de  inversión en actividades  promocionales nos interesa  llegar para  que  nos  compense el coste  que  ello  supone,  no  vaya a ser que nos cueste  s el collar que el perro.
Habremos de hacernos preguntas como: ¿Es preciso un aprovisionamiento de producto en grandes cantidades? ¿Cuánto  deberíamos comprar? ¿Se necesitarán elementos de promoción (carteles, folletos, expositores de producto…)?
Tampoco debe soslayarse que muchas de las promociones son financiadas por los laboratorios, que facilitan gran parte del material necesario. Ahora bien, es necesario personalizar dichas campañas en nuestra propia farmacia, adecuándolas a nuestro público objetivo y nuestros servicios adicionales.
7.- ¿Qué calendario vamos a seguir?
Debemos tener en cuenta el tiempo de duración de la campaña. Si la campaña va a tener una duración breve, debemos intensificar todos nuestros esfuerzos en ese periodo para darle la mayor difusión posible y aprovechar su tirón. Sin embargo, si la campaña va a ser más larga, como por ejemplo, para aprovechar una estacionalidad, es esencial que el mensaje y su formato vayan variando a lo largo del tiempo para mantener vivo el interés y la curiosidad de nuestros clientes. De lo contrario, se cansarán pronto.
Por otro lado, hay que  saber  cuándo  se  va a aplicar  la promoción y cuánto  va a durar  para tener listos los recursos necesarios. Además,  el calendario  es importante porque:
El mantenimiento del valor  añadido s allá de la fecha límite de la promoción crea en el cliente un sentimiento de estafa o engaño. Mantener indefinidamente una oferta como: 3x2 no puede  o el cliente acaba pensando que está pagando el precio de tres unidades  (con lo que se siente engañado).
 El  empleo  abusivo  de  actividades de promoción de ventas  repetitivas hace que un producto pierda  valor. Hay que evitar esos productos que están  en  oferta  permanente  desde su lanzamiento al mercado  hasta el fin de los tiempos.
Por tanto, LAS PROMOCIONES SON DE TIEMPO LIMITADO. No son permanentes.
Y hemos de dejar claro la fecha de finalización que no se modificará. Puede que algún cliente modifique sus planes para aprovechar la promoción, si al día siguiente de terminar la promoción ve un cartel: "... prorrogamos una semana más", posiblemente le generaremos malestar. Y aún peor, perderemos credibilidad, pues la próxima vez que digamos "últimos días de..." no nos creerá. Los límites temporales de la promoción son inamovibles.
Una correcta planificación nos permitirá lanzar estrategias de mayor calidad, optimizar nuestras acciones y reducir costes en el momento de implementarlas. Dado que se necesita tiempo para preparar promociones y ofertas, marcar las fechas importantes en un calendario es fundamental para lanar estrategias elaboradas. No nos pillará el toro, y no nos veremos obligados a lanzar campañas que no estén definidas. Puede hacerse un plan de marketing anual en el que tendremos decididas con antelación las campañas de todo el año.
NOTA: Lógicamente, en el plan anual se incluyen tanto campañas de incentivación (promociones) como campañas de información o de imagen.