viernes, 30 de noviembre de 2018

Venta cruzada en gripes y resfriados

Llegó el invierno y con él también las gripes y los resfriados. De hecho, en la farmacia tenemos varías estanterías repletas de antigripales, antitusivos, descongestionantes, mucolíticos…
Gripes y resfriados constituyen un tipo de consulta en la farmacia que es susceptible de atención individualizada y de venta cruzada. En este caso, la venta cruzada reside en ofrecer al paciente, además del tratamiento más indicado, aquellos productos y/o servicios que le permitirán pasar la enfermedad con la mayor calidad de vida y menos molestias, evitar, en la medida de lo posible, que transmita la infección a quienes le rodean, o volver a recaer.
1.- ¿A QUIÉN ME DIRIJO?
La gripe y resfriado son dos de las afecciones más frecuentes que afectan al ser humano. De hecho, las infecciones de las vías respiratorias causadas por virus suponen un 50% del total de las infecciones agudas.
Ambas provocan unos síntomas muy parejos que es importante conocer para diferenciarlas. El resfriado es una patología benigna que desaparece espontáneamente en un espacio breve de tiempo, mientras que la gripe puede generar ciertas complicaciones que pueden ser graves.
2.- PREGUNTAS PODEROSAS
Hoy nos centraremos en dos perfiles de clientes:
a) El nos pide ese antigripal que vio en la TV, o que le recomendó su cuñado, su vecina…
b) O ese cliente que directamente nos dice me puedes dar algo para
En ambos casos debemos asegurarnos y formular como mínimo 3 preguntas:
A.- ¿Está tomando alguna medicación?, o ¿toma alguna medicación habitualmente? Pues es fundamental comprobar que no exista ninguna interacción en el caso que tome alguna medicación.
B.- ¿Qué síntomas tiene?, o ¿tiene fiebre o ha tenido fiebre?, ¿dolor de garganta?, ¿dolor muscular?, ¿presenta congestión nasal?, ¿le lloran los ojos?, ¿tiene tos?, ¿qué tipo de tos?, ¿seca o con moco?... pues el tratamiento habitual consiste en paliar los síntomas mientras la enfermedad sigue su curso, y las defensas del organismo eliminan los virus.
3- ¿Desde cuándo presenta los síntomas?, o ¿cuándo empezaron? (En los síntomas, no encontraremos la diferencia entre la gripe y el resfriado, pero si preguntamos por el tiempo que lleva con los síntomas ¿cuando empezaron?... Esto nos ayudará a diferenciar si es gripe o resfriado).
3.- ¿CONOCIMIENTO DE LA RUTINA DE LA PATOLOGÍA?
El resfriado, también denominado catarro común, es una infección viral aguda del tracto respiratorio que provoca inflamación en las vías aéreas altas (laringe, senos paranasales, nariz, tráquea y bronquios), pero no cursa con fiebre. Los primeros síntomas en aparecer son los estornudos, rinorrea fluida, acuosa y abundante, picor de garganta, congestión nasal y malestar general. Según se va desarrollando la enfermedad, las secreciones nasales se espesan y pueden ser incluso purulentas, hecho que en ocasiones genera tos. La fase de incubación es de 1 a 3 días y los síntomas tienden a desaparecer en 4-10 días.
La gripe es una infección viral aguda de las vías respiratorias superiores que aparece de forma agresiva. Se manifiesta con un cuadro de fiebre superior a los 38º, acompañado de mialgias (destacando en la zona dorsolumbar y extremidades inferiores), cefalea intensa y otros síntomas como tos seca, astenia, dolor al deglutir, cansancio y malestar general. Una vez pasadas 48-96 horas desde el inicio de la sintomatología, la fiebre empieza a cesar, los síntomas se hacen más leves y, si no surgen complicaciones, el cuadro desaparece en un máximo de 7 días. Las complicaciones más habituales son la bronquitis y la neumonía que, en determinados grupos de riesgo, pueden tener un pronóstico grave y llevar incluso a la muerte.
No existen medicamentos para curar el resfriado ni la gripe. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas que el paciente presente. A veces se puede recurrir a productos compuestos que integran diversos principios para paliar distintos síntomas; sin embargo, no siempre un producto compuesto será el más adecuado, ya que algunos de ellos contienen sustancias que pueden interaccionar con otras medicaciones, tener contraindicaciones o requerir precauciones especiales, como sucede con ciertos productos que contienen simpaticomiméticos, AINE u otros.
Recuerde que: los antibióticos no son útiles, dada su etiología viral, y solo deben utilizarse por indicación del médico cuando se sospeche una sobreinfección bacteriana.
Por otro lado, existen una serie de medidas generales aconsejables para los pacientes afectados por gripe o resfriado:
– Utilizar pañuelos de un solo uso. 
– Lavarse a menudo las manos. 
– Cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar, preferentemente con la parte interior del brazo. 
– Evitar en lo posible toser y carraspear para no irritar la garganta. 
– No fumar ni tomar bebidas alcohólicas. 
– Chupar caramelos sin azúcar, pero no de menta para evitar irritar la garganta. 
– Ventilar bien los espacios cerrados. 
– Quedarse en casa si se tiene fiebre y malestar general. 
– Utilizar suero fisiológico para aliviar la congestión nasal.
Los fármacos que se utilizan tienen la finalidad de controlar los síntomas o molestias derivadas del cuadro. Entre ellos destacan los siguientes:
Analgésicos/antipiréticos
Se emplean para aliviar la fiebre, el dolor de garganta, de cabeza y otras localizaciones y el malestar general. Los más utilizados son el ácido acetilsalicílico, paracetamol e ibuprofeno. El fármaco de elección es el paracetamol, ya que presenta menos incidencia de reacciones adversas (trastornos gastrointestinales, hemorragias digestivas). En el resfriado y síndrome gripal en menores de 16 años no debe usarse acetilsalicílico y sus derivados, ya que su uso en enfermedades infantiles de origen viral se ha asociado a la aparición del síndrome de Reye.
Descongestivos nasales/orales
Para el tratamiento de la rinorrea o congestión nasal pueden utilizarse fármacos alfa adrenérgicos (efedrina, fenilefrina, oximetazolina, xilometazolina, fenilpropanolamina, pseudoefedrina, etc.), que son aminas simpaticomiméticas de acción general. Actúan produciendo una vasoconstricción en la mucosa nasal que se traduce en una descongestión. Se utilizan vía tópica (gotas, nebulizador, gel), con lo que se disminuye la incidencia de efectos adversos sistémicos y se acelera la acción. Pueden producir efecto rebote (rinitis medicamentosa) en usos prolongados. Por tanto no se debe superar un máximo de 3-4 días de tratamiento.
La acción vasoconstrictora también se puede conseguir por vía oral. En este caso es más duradera y se reduce la tendencia a la vasoconstricción de rebote. Dicho uso no está recomendado en hipertensos ni en pacientes con problemas cardiovasculares puesto que pueden desencadenar crisis hipertensivas.
No obstante, lo más indicado para el tratamiento de la congestión nasal es la utilización de solución fisiológica compuesta de cloruro sódico (0,9%) o bien los preparados de agua de mar.
Antihistamínicos
Los antihistamínicos pueden ser útiles en aquellos casos en los que el proceso respiratorio curse con congestión nasal, lagrimeo, picor y/o estornudos. Estos fármacos producen una vasodilatación profunda, aumento de la permeabilidad capilar y edema, sobre todo en la zona de la nariz. Entre los más utilizados cabe destacar la clorfenamina, la difenhidramina, la clorpromazina y la doxilamina. Producen un efecto depresor en el sistema nervioso que se traduce en somnolencia, que es el efecto secundario más frecuente. Las reacciones adversas son fundamentalmente debidas a su acción anticolinérgica: sequedad de boca, dolor estomacal, visión borrosa, espesamiento de las secreciones bronquiales, micción dificultosa, nerviosismo, estreñimiento y fotosensibilidad. Suelen presentarse asociados a descongestivos orales en el tratamiento del resfriado, aunque su empleo parece no estar justificado.
Antitusivos
Se justifica la utilización de un antitusivo en el caso de tos improductiva que interfiera en el sueño, impida el descanso e irrite las vías respiratorias. Cabe decir que este tipo de tos es más propia de la gripe que del resfriado. Se emplean mayoritariamente el dextrometorfano y la codeína (que está sujeta a prescripción médica). El primero es de elección, ya que es tan eficaz como la codeína, pero carece de los efectos sedantes, analgésicos y adictivos de esta. En el caso de la tos productiva únicamente se aconseja eliminarla cuando puede interferir en la vida normal e impida descansar. La tos productiva ayuda a expulsar las secreciones bronquiales y a resolver el cuadro respiratorio.
Mucolíticos y expectorantes
Los mucolíticos y expectorantes actúan disminuyendo la viscosidad de la secreción mucosa bronquial, lo que facilita su expulsión. También incrementan el volumen de las secreciones bronquiales y estimulan los mecanismos para su eliminación mediante deglución o expulsión.
No hay una evidencia clara sobre la eficacia clínica de estos productos. Sin embargo, los pacientes declaran una impresión subjetiva de la mejora de la sintomatología.
Los principios activos más importantes de este grupo son: carbocisteina, acetilcistina, guaifenesina, bromhexina y ambroxol.
Antigripales
No es recomendable la utilización de combinaciones de fármacos a dosis fijas, ya que se ha comprobado que es mejor adecuar el tratamiento con el abanico de principios activos disponibles a las características de cada paciente. En la mayoría de los llamados antigripales uno o varios de los componentes están infra-dosificados. En el mercado se dispone de distintas asociaciones:
– Analgésico-antipirético con descongestionante nasal. 
– Analgésico-antipirético con antihistamínico. 
– Analgésico-antipirético con antihistamínico y descongestionante nasal.
Alguno de estos combinados añaden también mucolíticos, broncodilatadores, antitusígenos, vitamina C o cafeína.
El uso de vitamina C en distintos preparados es discutido, ya que no ha demostrado ser un preventivo ni curativo.
La asociación de cafeína parece potenciar los efectos analgésicos del ácido acetilsalicílico en determinadas dosis. Por otra parte, su actividad estimulante nerviosa puede contrarrestar el efecto de somnolencia de los antihistamínicos.
Vacunación
El primer escalón para el tratamiento son las medidas higienicodietéticas, y desde la farmacia se debe proporcionar una correcta educación sanitaria. La vacunación antigripal es la mejor arma para combatir la gripe. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se encarga de recoger la información de distintos centros de vigilancia epidemiológica de la gripe distribuidos por todo el planeta, para elaborar, hacia el mes de febrero, las recomendaciones sobre el contenido que debe tener la vacuna antigripal para la siguiente temporada. Habitualmente se incluyen dos cepas del virus tipo A y una del tipo B.
En el hemisferio norte, la época recomendada para la vacunación incluye los meses de octubre, noviembre y diciembre. La eficacia de la vacuna de virus inactivados oscila entre el 70-90% en pacientes sanos y puede ser algo inferior en ancianos.
En la actualidad se recomienda la vacunación antigripal a los siguientes grupos:
– Personas mayores de 65 años. 
– Pacientes con diabetes u otras enfermedades crónicas. 
– Mujeres embarazadas. 
– Profesionales sanitarios.
4.- ARGUMENTOS DE VENTA ADAPTADOS AL CLIENTE
- Ibuprofeno/paracetamol: Alivia el malestar/la fiebre, y reduce el dolor (de cabeza, garganta…)
- Descongestivo oral/nasal: Elimina la congestión en pocos minutos. Corta ese goteo nasal (esa agüilla) de forma rápida y efectiva
- Suero fisiológico/agua de mar: Ayuda a descongestionar la nariz. Limpia la nariz y facilita poder respirar mejor
- Suero hipertónico: Para descongestionar más a menudo y sin efecto rebote. Ayuda a descongestionar la nariz.
- Antihistamínico: Reduce la producción de moco. Disminuye la congestión
- Antitusivo (dextrometorfano, llantén, hiedra, drosera…): Calma la tos seca. Disminuye la frecuencia de la tos seca. Además, (los fitoterápicos), no tienen efectos sobre su medicación habitual
- Mucolítico: Hace que el moco no sea tan espeso y facilita su expulsión.
- Expectorante: Le ayuda a expulsar la mucosidad que le hace toser
- Antigripal: Trata (y le alivia) varios de los síntomas: malestar y fiebre, congestión nasal…
- Bucofaríngeo: Alivia las molestias e irritación de la garganta. Le permitirá recuperar la voz en menos tiempo. Suaviza la garganta irritada de tanto toser
- Gel hidroalcohólico/mascarillas: Prevendrá el contagio. Evitará contagiar a otras personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario