Tras explicar 4 de los principios de
influencia descritos por Cialdini: reciprocidad, coherencia y compromiso, autoridad,
y conformidad social, hoy dedicaremos la entrada al 5º principio de influencia:
EL PRINCIPIO DE SIMPATÍA
Raramente compraremos algo a alguien
que no nos gusta. Está claro que preferimos
(aunque sea nivel inconsciente) hacer
negocios, llegar a acuerdos o trabajar juntos con los que nos “caen” bien.
El principio psicológico de la
simpatía, como mecanismo de influencia, funciona a través del componente
afectivo: Siempre que estamos en una
situación agradable, experimentamos un estado afectivo positivo y en ese estado
somos más fáciles de convencer. Por eso somos más proclives a aceptar
peticiones de aquellas personas que nos resultan agradables.
En definitiva: la gente prefiere
decir “sí” aquellos por los que tienen simpatía, les caen bien o les
gustan.
CÓMO SE EMPLEA EN LAS VENTAS
La estrategia consiste
en provocar un estado de ánimo positivo
y asociarlo a un producto que se desea vender o a una persona a la que se desea
promover.
Cualquier cosa
que se asocie a un estado de felicidad tiene garantizada su aceptación. En la
propaganda y en la publicidad se pueden encontrar múltiples manifestaciones del
uso del principio de simpatía para influir en los demás.
Frecuentemente, en una campaña electoral podemos observar
cómo los políticos se rodean de personas atractivas y famosas (como actores o
cantantes) para que se les asocie a ellas y de ese modo participar de la
simpatía que suscitan.
Basándose en
este mismo principio, los productos para
niños se vinculan a sus personajes favoritos. Igualmente, el ingenio o el humor
en los anuncios, la música agradable, o
el atractivo del envoltorio de los productos, o de modelos y actores se
utilizan profusamente en la publicidad con el ánimo de suscitar un estado
afectivo positivo.
Sin embargo
deseo centrarme en los factores que en los procesos de interacción suscitan
simpatía en los demás.
FACTORES QUE SUSCITAN SIMPATÍA EMPLEADOS DURANTE LAS
VENTAS
1.- EL ATRACTIVO FÍSICO (EFECTO HALO):
La belleza produce un efecto halo. A la gente atractiva, se le
atribuyen además de sus encantos externos,
otros rasgos de personalidad positivos, como inteligencia, amabilidad,
bondad u honradez, lo que hace que
aumenten sus posibilidades de influencia.
La práctica de utilizar a personas físicamente atractivas es tan común en la publicidad o en el sector de ventas que no creo
necesario extenderse en ejemplos.
2.- LA
SEMEJANZA:
Otro factor que provoca simpatía es la semejanza en opiniones, en aficiones, e
incluso en cosas triviales. ¡Tendemos a simpatizar con las personas que se
parecen a nosotros!
La táctica es establecer una relación cercana con
el cliente potencial, conocer sus gustos, encontrar qué aficiones se comparten,
qué cosas se tienen en común. A partir de ahí, el vendedor hará notar que existe algún punto de semejanza entre él y
el cliente potencial: haber nacido en
la misma ciudad que el cliente, o haberla visitado, tener amigos allí, ser
aficionado del mismo equipo, etc.
Es el efecto
“uno de los nuestros”: Nos gusta la gente que es igual que nosotros, con la que
nos sentimos cómodos. Solemos sintonizar
mejor con aquellos que se parecen a nosotros: intereses comunes, aficiones
compartidas, imagen similar, ideas y valores parecidos.
La
gente es convencida fácilmente por otra gente con quien se sienten a gusto.
Cialdini cita el marketing de Tupperware: la verdadera petición de que se adquiera el producto no procede de una
extraña, sino de una persona amiga (la anfitriona de la reunión, que ha llamado
a sus amigas para que asistan a una demostración de los productos Tupperware en
su casa, que sonríe, charla, y sirve una merienda, y que, como todo el mundo
sabe, obtendrá una ganancia por cada uno de los artículos que allí se vendan).
Hoy en día se emplean “influyentes” (influencers), personas
cuyo punto de vista o asesoramiento va a influir en la decisión de compra.
Podría ser una persona del grupo social al que pertenecemos, o de fuera del grupo (cantante, deportista, actor,
etc.), pero con la que se sienten a gusto y confían los miembros del grupo.
En ambos casos: La gente compra más a gusto si les gusta la persona que les está
vendiendo el producto.
Otra técnica para generar simpatía es
la denominada “convertirse en su espejo”:
El vendedor, intentan que su lenguaje, su
mímica, sean muy parecidos a los de su cliente, por ejemplo, si el cliente
habla despacio o usa las manos, el vendedor hará lo mismo, contribuyendo
con ello al efecto simpatía.
Hay
circunstancias en las que resulta muy útil esa adecuación. Por ejemplo, cuando
un cliente llama indignado a una compañía la respuesta correcta del
interlocutor es que se ponga en su lugar, usando un tono ligeramente más
elevado. Una vez que el cliente entiende que le comprenden, es el momento de ir
rebajando el tono. “Acompasar nuestros
gestos y tono al del interlocutor es amoldarnos a su mapa del mundo y de esta
manera se consigue conectar con él”.
Todo esto hace que se genere
simpatía y confianza. Y se incremente mucho las posibilidades de llegar a
acuerdos y a la venta.
3.- LOS ELOGIOS Y HALAGOS:
El elogio es otra estrategia extraordinariamente eficaz para crear una
corriente de simpatía.
Drachman, de Carufel e Insko
comprobaron el peso que tiene la alabanza sobre el sentimiento de aceptación. Concluyeron
que:
a) La persona que ofrecía sólo
alabanzas fue la mejor aceptada.
b) Esto se produjo, incluso cuando
los sujetos eran totalmente conscientes de que lo que pretendía esa persona era
gustarles.
c) Los cumplidos no necesitaban ser
especialmente adecuado o precisos. Eran bien recibidos, tanto si eran falsos
como si eran verdaderos.
Un
ejemplo es el uso de la demagogia por parte de los políticos: que consiste
básicamente en decir al electorado lo que quiere oír (y no lo que
necesita).
Pese a
todo, creo que el halago
puede resultar un mecanismo demasiado obvio para obtener algo de otra persona
y, ello, puede resultar contraproducente si se exageran las alabanzas, ya que
pondrían en guardia al blanco de influencia sobre las intenciones del
persuasor.
4.- LA COOPERACIÓN:
La cooperación favorece la mutua
simpatía porque fomenta el contacto
positivo con otras personas, y tendemos a confiar más en las personas con las
que estamos familiarizados.
¿Cómo se puede utilizar la
cooperación para conseguir la aceptación de un requerimiento?
Por ejemplo, mostrando complicidad.
Ésta es la táctica empleada cuando un
vendedor le dice al cliente que le va a poner un precio muy especial pero que
por favor no lo divulgue porque podría tener problemas con la dirección.
5.- LA FAMILIARIDAD:
Otro factor que aumenta la simpatía
es la familiaridad. Es
palmario que si tenemos que comprar algo es más fácil que lo hagamos a alguien con
quien mantenemos una relación que a un completo desconocido.
No obstante, no
sólo ocurre con el vendedor, también ocurre cuando el artículo que nos están
vendiendo nos es familiar. Porque la exposición repetida a un estímulo aumenta nuestra
atracción hacia él. Hay una tendencia a
evaluar de manera más positiva los objetos que nos son más familiares que los
nuevos, incluso si la persona no es consciente de haber visto ese estímulo.
Por ello, siempre es más sencillo
vender algo conocido que un producto nuevo o desconocido. ¡A la gente le gusta
mantener sus costumbres!
Por supuesto, la familiaridad influye en la simpatía, sólo cuando se establece en
contacto con situaciones positivas. Pero
no si la experiencia que tenemos es
desagradable, además de reiterada.
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