Una cliente viene a buscar un antibiótico (que el
pediatra ha recetado a su hijo). Y nos han explicado que cuando se dispense un
antibiótico se puede hacer una venta cruzada con un probiótico…
SUPERAR EL
TEMOR A REALIZAR UNA VENTA CRUZADA EN FARMACIA
Sin embargo, a
la hora de ofrecer el artículo complementario, al pensar que tenemos que
vender, de forma inconsciente, nuestro
cerebro genera diversas emociones: miedo, ansiedad, presión por realizar
algo que no sale de forma natural, algo que nuestro subconsciente bloquea.
Se genera un
estado de estrés que los clientes perciben: por nuestra cara y expresión, por nuestra forma de movernos, por el tono de nuestra
voz... Nos sentimos angustiados, presionados… empero, realizamos todos los esfuerzos para
superarlo y durante la presentación del antibiótico hacemos referencia a que el probiótico favorece la regeneración de la
flora intestinal dañada tras la administración del antibiótico, reduciendo la
incidencia de diarreas.
Pero nos hemos
mostrado inseguros, la cliente no acaba de confiar y nos responde: “ya lo comentaré
con el pediatra”, o “gracias, pero me
da el antibiótico”.
Esto básicamente tiene 2 consecuencias:
1.- Que los clientes salgan de la farmacia con la
sensación de que les hemos querido endosar un producto (que no necesitan o
deseaban). Es indiferente que eso no sea real. Es su percepción.
La cliente no percibió que le aportabamos valor a su compra (que se mejora la experiencia de uso del antibiótico porque ayuda a prevenir la diarrea ocasionada por el mismo), y que no se le estaba forzando a comprar.
La cliente no percibió que le aportabamos valor a su compra (que se mejora la experiencia de uso del antibiótico porque ayuda a prevenir la diarrea ocasionada por el mismo), y que no se le estaba forzando a comprar.
2.- Como vendedores, somos conscientes de que habremos de
repetir la venta cruzada, y vemos aumentada nuestra sensación de vacío, de frustración y
de inseguridad. Lo cual influirá negativamente en nuestros siguientes intentos de
aplicar ventas cruzadas.
Hoy vamos a dar algunos
consejos para reducir ese bloqueo subconsciente a la hora de realizar la venta
cruzada:
1.- Entendamos
que no estamos colocando un artículo, o sacando un producto no deseado de nuestro
stock, asumamos que simplemente estamos
vendiendo.
Vender es un proceso profesional consistente en
detectar y activar las necesidades del cliente para beneficio del cliente, del
vendedor, y de la Empresa.
Lo repito:
Detectar y
activar necesidades: esto implica
la exigencia de un proceso de investigación de las necesidades del cliente para
su reconocimiento y activación (ello nos lleva a preguntar: cuál es el motivo de su visita, qué
le ocurre, para qué desea ese producto que solicitó, etc.)
Beneficio del
cliente, vendedor y empresa: es decir,
las tres partes interesadas en el intercambio salen beneficiadas de la
transacción.
De tal suerte,
a la hora de realizar una venta cruzada, tengamos claro cómo aportamos ganancias al
cliente.
2.- Tengamos claro que detectar y activar necesidades no significa crear necesidades,
entre otros motivos porque la necesidad no es creada por la Sociedad, ni por el
marketing, ni por el vendedor. La necesidad ya preexiste en el cliente, bien
sea en un estado latente, o bien sea de forma manifiesta.
No vendemos nada “de más”, si no que identificamos una necesidad (por ejemplo, a partir de
nuestro conocimiento sobre la medicación/patología del paciente), y haciendo las
preguntas oportunas la descubrimos. Una
vez identificada, la satisfacemos.
Por supuesto, la honestidad, la verdad y el rigor
sanitario/científico han de imperar en este momento.
Por ello, probablemente, en lugar de recomendar
directamente el uso de un probiótico, yo le preguntaría: ¿Ya ha tomado antes este antibiótico?, o: Es frecuente la aparición de diarrea cuando se toma un antibiótico, ¿le
sucedió la última vez? El objeto es que la cliente verbalice y sea
consciente de la necesidad: “pues sí, la
última vez que tomo antibiótico tuvo diarrea…”
Pues esa consciencia de la necesidad es lo que desencadenará el proceso de compra. ¡Si
no hay necesidad, no hay ninguna compra! Es en este momento
cuando la información es relevante para la cliente. “Para evitar la diarrea asociada a la toma del antibiótico, le iría muy
bien utilizar un probiótico…
3.- Recordemos que nuestro objetivo es que el cliente entienda por qué lo hacemos. Por qué le
estamos recomendando un producto/servicio adicional: Qué beneficios tiene el
tomar un probiótico con un antibiótico.
Una recomendación o consejo de un producto concreto además de los que el cliente viene a
comprar, debe contener un mensaje preciso, personalizado y sencillo, con una
orientación clara a solucionar o mejorar una situación concreta. Como
sanitarios es una responsabilidad hacerlo, y una satisfacción trasladar nuestro
conocimiento en beneficio del paciente.
4.- Siempre
agregar valor. Es lo más importante, para cada venta adicional tengamos
preparado nuestros argumentos de venta. Conozcamos
qué productos y servicios se complementan y elaboremos argumentos que expliquen
cómo se beneficiará el cliente.
La venta cruzada
sólo tiene sentido cuando se le ofrece al cliente mejoras, productos y/o
servicios que aportan valor añadido a la compra. Sólo en ese caso el resultado será beneficioso para todas las
partes. Aumentan las ganancias de la empresa y la satisfacción del cliente al
haber realizado una compra mejor a la prevista, experimentando la sensación de
haber hecho un buen negocio.
5.- Asumamos que
las primeras veces, que se sugieren productos o servicios complementarios
en una venta, puede aparecer tensión y
dudas que percibirá el cliente, y rechazar nuestra recomendación. Pero con la práctica conseguiremos estar más
cómodos y obtener más éxito con las propuestas de productos/servicios
ampliados o complementarios.
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