Pretendemos dedicar un blog a la venta (venta cruzada, otras técnicas de venta...). Es lógico dedicar varias entradas a un elemento imprescindible de la venta: EL CLIENTE (pues sin cliente, por muy bueno que sea el artículo ofertado, por estupendas que sean las condiciones de compra, o por muy hábil que sea el vendedor, no hay venta). Hoy leerán una de esas entradas. trataremos sobre los diferentes tipos de compra que realizan nuestros clientes.
LOS TIPOS DE COMPRAS (según la perspectiva del comprador)
Al final de cada jornada, podemos comprobar cómo por la farmacia han pasado distintos tipos de cliente, cuyas compras presentan distintos grados de previsión.
1.- COMPRAS PREVISTAS O PLANIFICADAS:
La compra planificada es el comportamiento
racional de compra. Por ejemplo necesito tiritas y agua oxigenada, llego a la
farmacia, compro y salgo sin ningún otro producto. El ejemplo más claro de la
compra prevista en la farmacia es la receta.
Distinguimos tres variantes de compras previstas o planificadas:
a).- Realizadas: Realizamos la compra sabiendo qué productos vamos a
comprar y qué marca. Son compras que realizamos de forma rutinaria. Un ejemplo:
…deme un Frenadol, o este otro: el cliente pide un champú anticaspa de
una marca concreta. Se estima (según un estudio realizado por la Asociación Empresarial de Farmacéuticos Valencianos -FARVAL-), que el 22% de las compras entrarían en esta
categoría.
b).- Modificadas: Se modifica la previsión de
compra inicial por intervención del vendedor, (en el caso anterior el cliente pide Frenadol pero se le ofrece Bisolgrip
y el cliente lo acepta,
o bien, ante la petición de un repelente de insectos X, se ofrece el repelente
de insectos Z y ello es aceptado por el cliente). Se asocia a un 5% de las
compras.
c).- Necesarias: Efectuamos una compra sin saber de antemano cual
va a ser su marca. Por ejemplo: … deme paracetamol. Es una tipología
de compra que se estima asciende al 18%.
2.- COMPRAS IMPULSIVAS:
El comprador las realiza espontáneamente,
sin haberlas
previsto antes de entrar en la farmacia. Son consecuencia de la “provocación en
el punto de venta” y se corresponde con un comportamiento irracional de compra.
Diferenciamos 4 tipos de compras impulsivas:
a).- Planificadas: Cuando existe intención
de comprar por parte del consumidor, pero ésta se condiciona a promociones,
rebajas, etc. Es decir, el comprador ha decidido una compra pero espera el
momento adecuado para su realización. Este tipo de compra es bastante frecuente. Por
ejemplo, habitualmente suelo adquirir latas de refresco de cola de marca
blanca, pero la semana pasada había una oferta de Pepsi, así que decidí
comprarla. Un ejemplo en la farmacia sería: un cliente que viene por crema hidratante y adquiere
la que está de oferta, sin estar condicionado por la marca (al pensar que todas
las cremas hidratantes son similares en cuanto a calidad). Supone el 12% de
los actos de compra.
b).- Recordadas: El cliente, al ver el
producto, recuerda una decisión olvidada de compra (al ver el
producto recuerda que necesita comprarlo). Este tipo de compra
impulsiva supone
el 9% de las compras.
Por ejemplo, ayer fui a por una
receta y al pasar cerca de la sección de higiene dental recordé que necesitaba pasta de dientes,
recordé que se me había acabado por la mañana y la adquirí. Si no hubiera
estado expuesta no se hubiera producido ese efecto recuerdo, la farmacia no
habría vendido un producto más, y yo (como
cliente), no me habría beneficiado. Pues por la noche me habría encontrado sin pasta de dientes.
Otro ejemplo: aquel cliente que,
mientras esperaba a ser atendido, recordó que se le terminó el gel de baño y
aprovechó para comprarlo. Si en la farmacia están expuestos los productos, con
mucha frecuencia sucede que al verlos, el cliente recuerda que se le ha terminado
y los compra.
c).- Sugeridas: El cliente ve el producto por
primera vez y decide comprarlo, imaginando o pensando comprobar su supuesta
calidad o utilidad. Al acercarse el cliente a la balda de los geles descubre un
nuevo gel con caléndula ideal para las pieles sensibles como la suya. En este
caso, la imagen de marca o el packagin
incitó a la compra del producto. Aquí el producto se sugirió solo y no fue necesaria
la presencia de un vendedor que lo recomendase.
No obstante, también podría darse la acción de un vendedor: por ejemplo, una
cliente entra a comprar un anticonceptivo y se le recomienda el uso de
fotoprotector (pues el anticonceptivo provoca reacciones de fotosensibilidad), la
cliente impulsada por nuestro argumento lo adquiere. Nosotros hemos hecho una
venta cruzada y la cliente una compra sugerida. Las compras sugeridas suponen un 20%
de las compras.
d).- Puras: Son compras totalmente imprevistas
tanto a nivel de producto como de marca y calidad, aquí se rompe con todo tipo
de reglas (incluso puede romper con un hábito anterior), y no hay una conducta
clara que nos defina ese tipo de compra. Se compra un producto que ni se conoce
ni se necesita, pero que se está dispuesto a adquirir como capricho,
curiosidad,… Es el caso del cliente que, al llegar al mostrador, decide darse
un pequeño capricho y comprar un paquete de caramelos sin azúcar. Supone el 14%
de las compras.
Estas compras imprevistas puras generalmente
atienden a bienes de bajo precio, suponiendo un riesgo mínimo para el comprador
en su decisión de compra, y en muchos casos se centran en los productos
situados al lado de las cajas donde se ha de pagar (puestos ahí por esa misma razón).
Sin embargo, aunque enseguida nos vengan a la mente productos como chicles, caramelos, pilas, y todo este tipo de productos, que encontramos junto a las cajas de los supermercados, hablamos de mucho más. Por ejemplo, también se da con frecuencia en las tiendas de ropa, cuando nos encontramos con prendas muy baratas o rebajadas (así mi última compra por impulso fue una camiseta de 4 € que tras cinco meses aún está por estrenar).
Así mismo, el caracter de urgencia también propicia las compras por impulso, (colocando carteles que digan: "hasta agotar existencias", "sólo esta semana"...).
Sin embargo, aunque enseguida nos vengan a la mente productos como chicles, caramelos, pilas, y todo este tipo de productos, que encontramos junto a las cajas de los supermercados, hablamos de mucho más. Por ejemplo, también se da con frecuencia en las tiendas de ropa, cuando nos encontramos con prendas muy baratas o rebajadas (así mi última compra por impulso fue una camiseta de 4 € que tras cinco meses aún está por estrenar).
Así mismo, el caracter de urgencia también propicia las compras por impulso, (colocando carteles que digan: "hasta agotar existencias", "sólo esta semana"...).
Finalizo con 2 ideas que les
recomiendo recuerden:
1.- Un 45 % de nuestras compras las
realizamos de forma consciente, es decir, han sido planificadas o previstas
anteriormente, pero el 55% de las
compras
que se realizan en una farmacia se hacen de forma impulsiva o irracional, por lo que cuidar
la decoración y la exposición de productos
es una pieza clave para que la clientela adquiera productos que ofertamos. Y
también servirá para diferenciarse de la competencia.
2.- Para que pueda producirse la compra
impulsiva es necesario que existan los siguientes factores para el cliente
·
Vista: si no
existe la visión de los productos la venta por impulso es imposible.
·
Examen y comparación
de los productos, (hay que facilitarlo).
· Motivar al
mayor número de personas. (Se pueden aprovechar incidencias estacionales: como la
época del año o eventos puntuales).
En todo el proceso de compra por
impulso, nos llama la atención 2 factores esenciales:
- El cliente usa el lineal como elemento de rememoración.
- El cliente emplea el surtido y en términos generales el establecimiento como una herramienta para tratar su indecisión.
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