En
la entrada anterior, pudieron leer el comienzo de esta exposición
sobre argumentos y objeciones a las ventas cruzadas. Hoy la
finalizaremos:
VENTAS CRUZADAS: ARGUMENTOS Y OBJECIONES. SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE:
¿HAY
MÁS OBJECIONES A REALIZAR VENTAS CRUZADAS?
Sí,
otra pega suele ser: “Somos una empresa pequeña”. No
obstante, el cross-selling es totalmente aplicable
tanto a grandes empresas como a pequeñas. Aunque la gran empresa
siempre tendrá más opciones de venta puesto que puede optar a
investigar sobre los gustos o hábitos de consumo de los clientes y
ofrecer más productos, las empresas que mejor conocen a sus
clientes son sobre todo las PYMES. Esto sucede debido a que
cuentan con reducido número de clientes que les permite un mayor
acercamiento.
Y
también suele aparecer la falta de conocimiento de
técnicas de venta. Lo que provoca una serie de reparos:
a).-
Se piensa que genera rechazo por parte del cliente:
¿Queremos
forzarle a llevar un producto que no necesita? Esto ocurre cuando no
se piensa en las necesidades del cliente, sino en las de la empresa o
del vendedor. Un ejemplo: Si el dueño de una pescadería decide
dar salida a unas cigalas que ya han perdido toda su frescura,
comentando con los clientes que “las acaba de recibir del puerto”,
es posible que las venda todas esa misma mañana y el pescadero se
sienta feliz comentando para sí: “Menos mal que me las he quitado
todas de en medio, y a buen precio que las he vendido”. También es
posible que no escuche ninguna queja de los clientes con
posterioridad, pero seguro que alguno falta a su cita con el
pescadero en adelante (el 80% de los clientes descontentos
con un servicio no se queja, pero tampoco vuelve). Te llevas las
cigalas porque confías en el profesional, que conoce al producto y
las exigencias de su clientela. Con ese cliente, que tras su
comentario, además de los chocos, se ha llevado unas cigalas, el
pescadero no ha realizado una venta cruzada, lo que hizo el pescadero
tiene otro nombre; estafa y engaño.
Mi
amiga @susitravel
expuso este ejemplo
de venta cruzada: Chico
25 años viene a la farmacia a por Dormidina®.
Podemos ser simples despachadores y darle lo que pide, o preguntar:
Tengo que conocer sus necesidades, eso solo se hace preguntando y
escuchando, después podré argumentar la venta. Este chico en
concreto nos cuenta (a través de nuestras preguntas) que ha empezado
a trabajar y está muy nervioso y no duerme por las noches; y luego
no puede con su alma por las mañanas, ha dejado hasta el gimnasio de
lo cansado que está.
Podemos
venderle el producto que viene a buscar (aunque en este caso sería
mejor algo relajante y no un inductor del sueño) y podemos
argumentarle que para ese cansancio mañanero sería ideal un
polivitamínico. Podéis recomendar una jalea real, un
multivitamínico con Q10 (por lo del ejercicio...).
Tras
conocer (preguntando y escuchando) las necesidades/problemas del
cliente. Se le ha ofrecido un producto que le facilite el sueño
nocturno, (producto por el que había venido a la farmacia). Además,
se le ha ofertado un producto complementario (con el que combatir su
cansancio matutino), que mejorará la satisfacción/resolución de su
necesidad/problema.
Por
supuesto, el ofrecimiento de ambos productos fue acompañado de una
explicación concisa de cómo esos productos le ayudarán a
solucionar el problema que lo trajo a la farmacia. ¿Qué motivo
tendrá el cliente para rechazar esta forma de actuar?
b).-
Aparece temor:
¿Estoy
poniendo en peligro la venta actual? Una muestra de interés
verdadero nunca incomoda, al contrario. Hemos escuchado al cliente y
buscado la solución a su problema de la manera más integral posible
sin ofrecerle productos que no necesita porque en ese caso buscará
otras farmacias que no le quieran colocar artículos de más en cada
compra. Le informamos sobre el producto, esa información gratuita
genera la compra. En el ejemplo anterior: “Con este
polivitamínico te sentirás con fuerzas para afrontar la semana...”
c).-
Aflora desconfianza:
¿Se
está siendo demasiado “vendedor”? ¿Confundimos al cliente
ofreciendo demasiados productos a la vez?
No.
Porque no se pretende que a ese cliente nos llegó con
síntomas como malestar general, con febrícula o sin ella, rinorrea
y tos vinculada a la mucosidad se le encasquete un analgésico
/ antitérmico para el malestar general, un antihistamínico (que
reduce el exceso de producción mucosa), para aliviar la rinorrea, y
un mucolítico que le alivie la tos ligada a la mucosidad. Además,
ya puestos, el farmacéutico podría informarse sobre si el
paciente tiene picor o irritación de garganta, en cuyo caso, le
recomendaría caramelos balsámicos que servirán para disminuir la
sequedad de la garganta aliviando la irritación…
No.
Así abrumaríamos al cliente. Lo que hacemos es preguntarle, así
demostramos interés por sus necesidades. Y a partir de su primera
respuesta (que suele ser lo que más le está preocupando), le
asesoraremos, y le sugeriremos una o dos ventas cruzadas.
d).-
Es mejor ofertar la venta cruzada más adelante, cuando
nuestra posición con este cliente sea más sólida.
NO,
incluso los clientes poco habituales, después de haber realizado una
compra en nuestra oficina de farmacia, nos proporcionan información
suficiente como para intentar la venta cruzada de al menos un
producto. Imaginemos una madre que adquiere leches infantiles:
Como
sabemos que cualquier situación de alto estrés (parto incluido)
implica una caída a los 2-3 meses (denominada efluvio telógeno),
podemos preguntarle: ¿últimamente se le cae más el pelo? Una
respuesta afirmativa nos permitiría recomendarle un champú
anticaída. Quizá en este momento no adquiera el champú, porque
todavía no ha detectado indicios de caída del cabello derivados de
la reciente maternidad. Pero si al cabo del tiempo nota (en el baño,
la ducha o el peine) una caída superior a la habitual, será ella
quien regrese a la botica, y pida ese champú. No sólo se habrá
generado una compra -aunque no inmediata- sino que, además, se habrá
reforzado su confianza al haber detectado un problema de salud de
forma rápida y eficaz.
Otro
ejemplo, a otra madre que viene por la leche, le preguntamos: ¿qué
tal come?, ¿está irritable?, ¿llora mucho?, o ¿está inquieto?,
¿le ocurre después de las tomas?... Si el lactante sufre cólicos
puede recomendarse un complemento fitoterápico para los gases y un
biberón anticólico.
e).-
¿Qué hago si surgen las objeciones?
Tan
solo indagar para entender qué es lo que el cliente busca. Muchas
veces las objeciones son simplemente preguntas o dudas que aún no
han sido resueltas.
Y
FINALMENTE, IMPLEMENTAR VENTAS CRUZADAS TIENE UN COSTE, ¿NO?
Efectivamente,
pero primero tenga en cuenta que su situación actual no le deja
satisfecho. Debe analizar, no el costo, sino si la inversión
merecerá la pena por los resultados que obtendrá.
POSDATA:
Esta
entrada fue publicada originalmente el 3 de octubre de 2013 en el
blog “El rincón de Linimento.
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