En la entrada
anterior tratamos los 2 perfiles de clientes para la rinitis alérgica
(jóvenes de 25-35 años que experimentan síntomas alérgicos que les limitan y
personas mayores (60-65 años) que comenzaron a padecer rinitis alérgicas
severas.
También expusimos algunas preguntas
que deberíamos realizar en el mostrador a estos pacientes:
Hoy finalizaremos el protocolo
explicando los diferentes productos que podemos ofrecer en la farmacia para
la rinitis alérgica y los argumentos con los que acompañaremos la oferta de los
mismos.
TRATAMIENTO VACUNAL O
INMUNOTERAPIA.
Destinado a aquellos pacientes a los
que creemos poder desensibilizar del alérgeno responsable de su proceso.
Consiste en la aplicación de una inyección o vacuna de alérgenos específicos a
los que el paciente ha dado positivo como alérgico.
TERAPIA MEDICAMENTOSA Y
COADYUVANTES
Cuando el agente causal se desconoce,
el tratamiento se dirige a tener un buen control sintomático de la alergia
para mejorar las consecuencias de la misma. En la mayoría de ocasiones son tratamientos
que se complementan entre sí, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
SOLUCIÓN SALINA ESTÉRIL
El lavado activo y dinámico de las
fosas nasales mediante una solución estéril de agua de mar, muy rica en
oligoelementos y sales minerales, ayuda a eliminar las secreciones,
descongestiona la mucosa, e hidrata favoreciendo que la mucosa pueda realizar
su función: humidificar y calentar el aíre que penetra hacia el árbol
respiratorio. Por no alterar las mucosas ni producir efectos adversos importantes
es el tratamiento de elección en niños pequeños.
TIRAS NASALES
Se colocan sobre el puente de la
nariz, y producen, de forma natural una suave apertura de las fosas nasales,
contribuyendo a reducir la resistencia al paso del aire y la congestión nasal.
MASCARILLAS
Las mascarillas son dispositivos que
limitan el contacto del paciente con el alérgeno.
TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS
DESCONGESTIVOS NASALES TÓPICOS
Eficaz para reducir a corto plazo la
congestión pero carecen de efecto sobre los estornudos, la rinorrea y el picor
nasal u ocular.
El principal problema de los
descongestivos tópicos es que su utilización de manera continuada produce
congestión de rebote debido a un mecanismo compensatorio frente a un proceso de
vasoconstricción prolongado. El resultado es un cuadro de congestión nasal que
el paciente suele interpretar como recaída al estado inicial. Lo que le induce
a utilizar más descongestivos entrando en un círculo vicioso que puede acabar
en rinitis crónica.
Por ello, se recomienda un periodo
máximo de uso de 3-4 días. Si fuera necesario utilizarlos más tiempo, debe
recurrirse a descongestivos por vía oral.
Están contraindicados en niños
menores de dos años y en individuos tratados con IMAO.
Los más utilizados son: efedrina,
fenilefrina, nafazolina, oximetazolina y xilometazolina. Oximetazolina y
xilometazolina tienen una duración de acción comprendida entre 8 y 12 h,
por lo que sólo se administran dos veces al día, mientras que los restantes han
de ser administrados cada 4 y 6 h.
DESCONGESTIVOS ORALES
Su principal ventaja es la mayor
duración de su acción si se los compara con los tópicos, pero producen menos
vasoconstricción. No producen irritación local, ni congestión de rebote o
rinitis medicamentosa por uso abusivo.
Su mayor inconveniente es que
incrementan la presión arterial. Están contraindicados en arritmias, enfermedad
coronaria, hipertensión, hipertiroidismo, glaucoma, diabetes o hipertrofia
prostática.
ANTIHISTAMÍNICOS
Antagonizan la rinorrea acuosa, los
estornudos, y el picor nasoconjuntival y de garganta. No poseen efecto sobre la
congestión y obstrucción nasal, por lo que su uso está más indicado en el caso
de las rinitis estacionales con menor componente congestivo. Por este motivo se
usan también combinados con descongestivos nasales.
Por su buena eficacia antialérgica,
la ausencia de efectos centrales (no suelen inducir sedación), producir menos
efectos anticolinérgicos (sequedad ocular, visión borrosa, retención urinaria,
estreñimiento o taquicardia), junto a una posología más cómoda (1 vez/día), los
de segunda generación (cetirizina, loratadina, ebastina, rupatadina,...)
son los fármacos de elección.
Los antihistamínicos también se
pueden utilizar por vía tópica, como ocurre con la azelastina y levocabastina.
La pulverización nasal, tras un lavado previo con soluciones de agua marina
isotónica o hipertónica, produce un rápido alivio de los picores y estornudos,
y usada de forma regular previene la aparición de síntomas.
Deben usarse con precaución en
pacientes con problemas de arritmia, enfermedad hepática o en tratamiento con
eritromicina, antifúngicos imidazólicos, claritromicina y fluoxetina, entre
otros.
CORTICOIDES
Reducen la hiperreactividad nasal, a
la vez que disminuyen de forma potente la inflamación nasal. Son eficaces para
el tratamiento de todos los síntomas (obstrucción nasal, estornudos,
rinorrea…), salvo los oculares.
Los corticoides más utilizados por
vía nasal son: beclometasona, acetónido de triamcinolona, mometasona,
fluticasona, flunisolida y budesonida.
El inicio de la acción antialérgica
es lento (1 a 3 días). Su máxima eficacia se alcanza al cabo de un periodo
comprendido entre 2 y 6 semanas de tratamiento. Están indicados en la fase
inicial si existe congestión nasal. Algunos autores sugieren iniciar el
tratamiento 2 semanas antes de que aparezca el polen y administrarlos
regularmente durante todo el periodo de polinización.
La dosis habitual es de dos
pulverizaciones en cada fosa nasal una vez al día y cuando se alcanza una
mejoría se disminuye la dosis a la mínima dosis eficaz.
Los corticoides tópicos generan como
efectos secundarios irritación, sequedad local y epistaxis, a veces por mala
aplicación sobre el tabique.
Hay ocasiones en que los corticoides
se usan de manera sistémica, os corticoides sistémicos (vía oral o
intramuscular). Únicamente están indicados para tratar rinitis alérgicas durante
cortos períodos y en circunstancias especiales. En estos supuestos se utiliza
la prednisona oral a dosis de 1mg/kg/día o el deflazacort a dosis
de 1,5 mg/kg/día en un ciclo corto de una semana o en pautas decrecientes.
ANTILEUCOTRIENOS (montelukast,
pranlukast y zafirlukast)
Indicados en cuadros de rinitis
alérgica asociada a asma.
CROMONAS
Su efecto parece ser más potente
cuando la administración del fármaco precede a la exposición al alérgeno, por
lo que su utilización está recomendada en la prevención de las rinitis
alérgicas de todo tipo.
ANTICOLINÉRGICOS
El bromuro de ipatropio por
vía intranasal ha demostrado ser eficaz para controlar la rinorrea, pero carece
de efecto sobre la obstrucción y el prurito. Está indicado fundamentalmente en
la rinitis perenne.
4.- ¿CON QUÉ ARGUMENTOS
ACOMPAÑAREMOS CADA SUGERENCIA/RECOMENDACIÓN?
La solución salina estéril ayuda a
eliminar las secreciones y descongestionar la mucosa nasal.
La solución salina con hialurónico,
además de descongestionar y de eliminar secreciones, restaura la mucosa nasal.
También hay una solución salina con
aceite esencial de eucalipto y menta que descongestiona aportando una sensación
de alivio y frescor.
Las tiras nasales reducen los efectos
de la congestión y facilita el paso del aire.
Con la mascarilla filtra la entrada
de aire y se evita el contacto con el alérgeno. (Esto último también se logra
con la funda o el espray antiácaros).
Las gafas frenan la exposición al
alérgeno y evitan el picor ocular.
Los descongestivos nasales alivian la
congestión nasal.
Los antihistamínicos orales reducen
síntomas como picor nasal y ocular, estornudos y goteo (rinorrea) nasal.
El espray nasal con descongestivo y
antihistamínico frena la congestión nasal y el goteo continuo.
Los antihistamínicos combinados con
descongestivos nasales por vía oral calman los síntomas nasales y oculares de
la rinitis. Su doble acción descongestiva y antihistamínica le libera de los
síntomas de la alergia.
El corticoide por vía nasal actúa
contra los principales síntomas de la alergia. Congestión nasal, goteo nasal,
estornudos y picor nasal. Proporciona 24 horas de alivio.
El colirio antihistamínico atenúa el
picor nasal y el lagrimeo.
Los lavados oculares con manzanilla
amarga mitigan la irritación y el picor ocular.
Puede emplear lágrimas artificiales
para hidratar el ojo y aportar confort, además tiene propiedades
antiinflamatorias y aceleran la reparación de la cornea.
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