lunes, 21 de mayo de 2018

Planificando la exposición en el lineal 2: Otras 3 reglas y un consejo

En la entrada anterior, les explique que: a la hora de planificar qué y cuánto producto se va a colocar (para su exposición) en el lineal, debemos tener en cuenta 3 reglas fundamentales:
a).- Dado que no tenemos espacio suficiente para exponer todos los productos y debemos hacer elegir, las baldas estarán ocupadas sólo por productos que se venden.
b).- Como un producto que el cliente ve se vende más que uno que no, la exposición de cada referencia debe superar un umbral mínimo, que permita al cliente percatarse de la exposición del producto.
c).- Eliminaremos las barreras y obstáculos que impiden que el cliente tomar el producto por sí mismo, porque un producto que se coge ya se ha vendido en un 50%.
Hoy, les expondré otras 3 reglas y un consejo:
1.-DEBE CONOCER LAS ZONAS FRÍAS Y CALIENTES DE LA FARMACIA
En las farmacias, los clientes suelen seguir un determinado recorrido desde la entrada al mostrador y habitualmente se detienen en los mismos lugares esperando que les llegue el turno de ser atendidos. Ello hace que se diferencien 2 tipos de zonas en la farmacia.
Zonas calientes: que reciben más visitas y donde el cliente pasa más tiempo. En ellas es más fácil provocar la venta porque los productos tienen más posibilidades de ser vistos y adquiridos. Y zonas frías, más escondidas y alejadas de la circulación del consumidor, donde hay menos flujo de personas en las que será más difícil la venta.
Estudiar los puntos en que los clientes se detienen con mayor frecuencia o durante más tiempo, aquellos que apenas son visitados u observados, y ubicar ciertos productos en esos lugares es otra de las vías para mejorar las ventas de la farmacia.
Los productos más vulnerables a ser comprados por impulso o a ventas recordadas se sitúan en zonas calientes. También se situarán en zonas calientes aquellas referencias que nos interesa promocionar. Acompañadas de algún elemento con el fin de llamar la atención del cliente hacia esa referencia concreta. Eso sí sin saturar los lineales, pues si se abusa y se adornan todos los lineales se pierde el efecto de atracción.
En ocasiones he empleado una flecha indicando el precio porque de forma inconsciente la mirada del comprador se dirige hacia ella. Es importante que el precio del producto sea competitivo porque al estar destacado el cliente toma ese precio como referencia para comparar la farmacia con otras. Si el precio está más alto se quedará con la impresión de que es un establecimiento donde todos los productos son caros, aunque la realidad no sea así.
Por otro lado, en las zonas frías se ubicarán productos gancho o artículos estrella que el cliente no dudará en buscar (porque acudió a la farmacia con la intención de adquirirlos) y mientras los encuentra observará otros productos.
También influye la altura a la que se expone el producto: el nivel de los ojos acaparará gran parte de la mirada del consumidor por lo que es ideal para situar productos que más nos interesa vender. El nivel de las manos es perfecto para ofrecer productos recomendados, productos de marcas líderes o que tiene mayor demanda. El nivel al suelo (de la cintura para abajo) y el superior (por encima de la cabeza) se consideran puntos fríos.
2.- LOS PRODUCTOS DEBEN ESTAR ORDENADOS SIGUIENDO UNOS CRITERIOS PREVIAMENTE ESTABLECIDOS
El surtido puede ser agrupado por tipos de productos, por origen (mismo fabricante), por uso (necesidades que satisfacen)... Sea la que sea, esta ordenación deberá ser coherente y tener una intención.
En cuanto a la presentación de los productos recordemos que hay varias opciones. Cuando el espacio lo permite, la mejor es la vertical. Los productos de una misma subcategoría o de una misma familia se colocan de manera vertical, haciendo una columna, desde la balda de arriba hasta la más baja. De una mirada se percibe todo: a medida que el cliente avanza por el establecimiento, puede observar todas las familias del surtido fijándose en un único nivel. Puede observar, con un barrido visual de arriba abajo, las diferentes marcas de una misma familia. Además se produce una mayor sensación de orden y mayor facilidad de legibilidad.
No obstante, si se trata de zonas de paso (donde el umbral de exposición ha de incrementarse), es mejor la presentación horizontal. Todos los productos de una misma familia se colocan haciendo una fila, en el mismo nivel del lineal. Como consecuencia, habrá familias de productos que se verán más marginadas (al situarlas en alturas menos visibles), pero puede ser beneficioso para vender unos productos mejor que otros.
También existen 2 variantes que combinan la presentación vertical y horizontal.
La presentación en malla consiste en situar en los puntos menos visibles los productos estrella o destino, con el fin de que el cliente los busque y al hacerlo vea otros productos con menores ventas. El hecho de verlos puede provocar alguna compra no prevista.
La presentación cruzada agrupa productos complementarios situándolos uno al lado de otro. La intención es incitar al cliente a adquirir ambos y favorecer las ventas cruzadas.
3.- LA EXPOSICIÓN DE MEDICAMENTOS PUBLICITARIOS
A la hora de planificar qué productos podemos poner en las lineales muchas farmacias soslayan los medicamentos publicitarios, (Su espacio de exposición sólo da cabida a productos de cosmética, perfumería y afines, sin contar en absoluto con los medicamentos publicitarios). Es un error grave, pues la imagen de la farmacia como establecimiento sanitario es aportada por los medicamentos, éstos son los que diferencian a las farmacias de otros canales competidores.
Sin embargo, los medicamentos permanecen guardados y escondidos en los cajones. Una farmacia que trabaje por mejorar su rentabilidad no puede permitirse no explotar adecuadamente la categoría de medicamentos publicitarios. Asignemos a esta categoría el espacio que merece dado su peso. Expongamos medicamentos publicitarios a la vista del usuario en zonas calientes (las estanterías situadas detrás del mostrador cumplirán esta función, además de impedir que sean directamente accesibles a los clientes). Puede incrementar su rotación (hasta un 30%) y ser fuente de otras consultas y oportunidades de venta.
Y UN CONSEJO: EL VALOR DEL FARMACEUTICO RESIDE EN SU CONOCIMIENTO
Finalmente no podemos pasar por alto la importancia de la atención facultativa que el farmacéutico brinda a sus clientes: aconsejar, recomendar productos complementarios o formas de aplicación para lograr el mejor resultado posible del tratamiento.
Nunca olvidemos que, más allá de cualquier estrategia de merchandising, la principal fortaleza del farmacéutico es su conocimiento. Esto es lo que realmente hace que sus recomendaciones satisfagan las necesidades de sus clientes y les hagan volver y repetir la compra. No olviden también que: además de compras consecuencia de una oferta, compras por impulso y compras recordadas, existe otro tipo de compra no planificada: la compra sugerida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario