Una
adecuada gestión del lineal potencia la rentabilidad de la farmacia,
pues una correcta colocación de los productos en los lineales
ayuda a que ocurran compras no previstas: consecuencia de una
oferta, recordadas, o por impulso.
Hoy
daremos algunos consejos para mejorar la exposición de los productos
en el lineal.
A
la hora de exponer los productos en el lineal tendremos en cuenta 4
ideas:
a).-
El espacio ¡¡ES LIMITADO!! No podemos exponer todos los
productos que tenemos en la farmacia. Además tampoco será rentable
exponerlos todos. Por lo que de forma previa habremos de
preguntarnos: ¿Dónde vamos a colocar todo esto?
b).-
El lineal no es una estantería donde almacenar los productos.
La función del lineal es ofrecer los productos a la clientela.
Empleamos el lineal para potenciar los productos susceptibles de
venta imprevista, recordada, o por impulso. Exponer un producto
con poca venta reduce la salida de otros que sí se venden y la
rentabilidad.
c).-
Pretendemos ofrecer los productos a los clientes. Por ello
eliminaremos las barreras u obstáculos que impiden al cliente
tomar fácilmente el producto por sí mismo (vitrinas,
expositores cerrados,…). Un producto que se coge ya se ha
vendido en un 50%.
d).-
Agruparemos los productos por categorías/familias, perceptibles
por el cliente. Además facilitaremos la orientación del
cliente. Usando letreros y regletas, con un lenguaje fácilmente
comprensible, destacaremos e informaremos sobre los productos ahí
colocados.
A
partir de ahí les aconsejo:
1.-
De forma previa, habremos de asignar un espacio a cada categoría.
Dicho espacio deberá ser proporcional a las ventas. Salvo que sea
una categoría que se quiera potenciar, o una categoría donde
deseemos diferenciarnos, especializarnos...
2.-
Situaremos la categoría más importante (porque aporta más
ventas, o más imagen y prestigio), en un área preferencial de
la farmacia.
3.-
Mediremos las ventas de cada categoría, subcategoría y
familia. Para potenciar aquellas que más venden, o en el caso de
que no funcionen retirarlas. El farmacéutico no debe llenar su
farmacia con todas las categorías que pueda. Sino conocer cuáles
son las que necesitan sus clientes y potenciarlas. Se establecerán
espacios en función de la cuota de mercado, rotación y
rentabilidad.
4.-
Agruparemos las categorías relacionadas entre sí. Por
ejemplo: podemos situar de forma contigua las categorías “higiene
corporal”, “higiene capilar”, e “higiene bucal”.
Resulta muy útil
establecer bloques diferentes para las principales familias. Por
ejemplo, en respiratorio se puede diferenciar entre los de la tos y
para constipados.
Colocando
cerca productos complementarios para promover ventas cruzadas.
Si el producto complementario que deseamos aconsejar está lejos del
lugar donde nos encontramos será más difícil que lo recordamos, o
si hemos de perder tiempo en ir a buscarlo, y hay más gente
esperando, quizás no lo recomendemos. Resulta útil agrupar familias
relacionadas entre sí, como por ejemplo: analgésicos orales y los
tópicos. O situar una unidad del producto complementario junto al
producto principal, por ejemplo, situar una “crema para piernas
cansadas” al lado de las medias de compresión.
5.-
Exponer (a la vista del público que viene a la farmacia)
medicamentos publicitarios permite a la farmacia diferenciarse de
otros canales. Pues la imagen de la farmacia como establecimiento
sanitario es aportada por los medicamentos. Por otro lado, a
exposición de medicamentos publicitarios puede ser fuente de
consultas y oportunidades de venta.
Dado
que los medicamentos no pueden estar al alcance, ubicaremos los
publicitarios (que hayamos decidido exponer) en las
estanterías situadas detrás de los mostradores (una zona
caliente), perfectamente colocados y alineados.
6.-
La distribución de los productos puede modificarse a lo largo
del año. Hay subcategorías/familias que son estacionales. Debe
adaptarse a cada momento y situación.
Resultaría
extraño entrar en una farmacia a primeros de octubre y ver en un
lugar destacado fotoprotectores o ampollas aceleradoras del
bronceado.
Los
productos han de cambiarse en función de la época del año en que
se utilicen. Por ejemplo, en verano se expondrán productos para el
sol, para cuidar el cabello,… y en invierno: antigripales, cremas
hidratantes, protectores labiales, etc.
Los
productos promocionales deben cambiarse mensualmente, o cada 45 días.
Una buena promoción debe ser limitada en el tiempo.
El
lineal debe tener vida. ¡Hay que cambiarlo una vez cada temporada!
7.-
Tendremos en cuenta que existen zonas frías y zonas calientes:
a).-
Reservaremos las zonas más calientes para las subcategorías que
tienen mejor relación ventas/rentabilidad.
b).-
Los productos susceptibles de compra por impulso, los que están
apoyados con publicidad, promoción, o los que nos interesa potenciar
su venta (darles mayor salida), deberemos colocarlos en zonas
calientes.
c).-
Las “categorías de destino” (formadas por productos de primera
necesidad): higiene bucal o alimentación infantil se situarán en
zonas frías.
8.-
Expondremos las diferentes marcas “en vertical” porque
aporta coherencia y orden a la exposición. Y sobre todo porque
permite situar de forma contigua las diferentes familias, lo
que favorece la venta cruzada.
9.-
Debe tenerse en cuenta la diferente calidad de las alturas
Los
productos localizados en las zonas preferentes, esto es, los situados
a la altura de los ojos o de las manos, serán más accesibles, y por
tanto tendrán más posibilidades de ser adquiridos. De igual manera,
aquellos menos accesibles a nuestros sentidos (por encima o por
debajo de nuestra vista o tacto) pasarán más desapercibidos.
Ubicaremos
los productos que más nos interesa vender a la altura de los ojos y
manos (donde la compra es más espontánea).
Los
productos de primera necesidad se pueden colocar en el nivel al
suelo, pues obviamente el cliente los buscará y no le importará
agacharse a cogerlos.
Por
otro lado, el cambio de un producto de una altura a otra puede
influenciar (de manera notable) en su volumen de ventas. Es
preciso que se vayan rotando los productos. Cambiarlos de una
posición inferior a una superior para volver (al cabo del tiempo) a
su altura inferior.
CONTINUARÁ
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