viernes, 29 de junio de 2018

Vendiendo un fotoprotector en la farmacia 1. Preguntar para conocer qué necesita el cliente

En la entrada anterior “¿Elegir la farmacia para comprar un cosmético?” les comenté mi reciente experiencia al ir a adquirir un fotoprotector en una farmacia:
¿Qué debió hacer la persona que me atendió?
PREGUNTAR
Al hablarles de las fases de la venta les mencioné el sondeo. Ya les he comentado que: “preguntar es la base, porque preguntar es lo que nos descubrirá ¿cuál es el problema? ¿Qué es lo que necesita el cliente?”. Usamos las preguntas para conocer motivaciones, preocupaciones y necesidades del cliente.
También les comenté (al hablarles sobre la argumentación) que: si no se ha realizado el sondeo correctamente (se han planteado las preguntas adecuadas y obtenido la información necesaria), la argumentación será como disparar sin conocer donde está la diana.
De tal suerte, la persona que me atendió debió PREGUNTAR
¿Qué debió preguntarme?
Pues por ejemplo:
1.- ¿PARA QUIÉN ES EL FOTOPROTECTOR?
a).- ¿Para un bebé?
Un menor de 6 meses no debe ser expuesto al sol. Su piel es extremadamente fina y sensible.
En un niño menor de 2 años la capa córnea, y el total de la epidermis son más delgadas, el tamaño de los corneocitos de las células del estrato granuloso es menor, la proporción de lípidos por proteína está reducida, así como la concentración de melanina (sobre todo en menores de 12 meses). Exponer al sol a un bebé tiene riesgos importantes de que su piel se queme o de que sufra una insolación.
La recomendación es mantenerlo a cubierto durante las horas de mayor insolación. Y si en algún momento, de forma inevitable, ha de estar expuesto al sol intenso, debe usarse fotoprotección (que se aplicará media hora antes de exponerlo al sol) y añadir protección física, esto es, vestido y con gorro.
b).- ¿Para un niño pequeño?
Un niño pequeño (entre 6 meses y 2-3 años) sigue teniendo la piel más delicada que la de un niño más mayor o la de un adulto.
La recomendación es emplear preferentemente fotoprotección con filtros físicos (emulsiones en aceite que incorporen sustancias como dióxido de titanio u óxido de cinc podrían ser adecuadas). Una desventaja es que estos filtros físicos son insuficientes para alcanzar una fotoprotección alta por lo que deben combinarse con filtros químicos.
Completar la fotoprotección con el uso de gorros, ropa adecuada y gafas de sol, así como limitar la exposición en las horas centrales del día no debe soslayarse.
Por supuesto, elegir un fotoprotector adecuado (y aplicarlo media hora antes) de poco servirá si luego no se aplica la cantidad adecuada (los 2 mg/cm2 que aseguran una correcta fotoprotección se reducen a la cuarta parte o a la mitad en el mejor de los casos), o no se renueva el fotoprotector (cada 2 horas aproximadamente).
c).- ¿Para un niño más mayor?
A partir de los 2-3 años pueden utilizarse filtros químicos o filtros mixtos. La recomendación es utilizar fotoprotectores específicos para niños sin perfumes y resistentes al gua con un factor de protección alto.
Cuanto más elevado sea el factor de protección más tiempo protege y precisará menos reaplicaciones. Y ya sabemos que los niños no están por la labor de interrumpir sus juegos para que le apliquen el fotoprotector.
Por supuesto, deben aplicarles el protector a las 2 horas si siguen expuestos, o antes si se han bañado (tras secarles con  la toalla tras salir del agua).
2.- ¿QUÉ TIPO DE PIEL TIENE?
A.- ¿Cuál es su fototipo?
Por un lado habrá que tener en cuenta el fototipo. El fototipo cutáneo (capacidad de la piel para asimilar la radiación solar) se clasifica en función de las características genéticas.
Encontraremos 6 tipos de fototipo: desde el fototipo I de piel ojos y cabellos muy claros, muy vulnerables al sol, hasta el fototipo VI de piel ojos y cabello muy oscuro, más protegidos frente a quemaduras. 
Por ello, preguntas como: ¿color de pelo?, ¿color de ojos?, ¿se quema con frecuencia? Deben ser planteadas.
B.- ¿Tiene la piel sensible?
Por otro lado existen pieles más sensibles al sol, que reaccionan de manera exagerada a la exposición solar y sufren rojeces, picores, erupciones o quemaduras.
Por ejemplo para una piel atópica, recomendaría un factor solar elevado y fotoestable, una leche rica en nutrientes (vitamina E, antioxidante que combate los radicales libres provocados por el sol; con emolientes tipo manteca de karité o ácidos grasos W-3 para hidratar y aportar los lípidos que le falta a esa piel), que no contengan colorantes, perfumes, conservantes ni parabenos para evitar reacciones.
Incluso hay pieles que habitualmente no son sensibles, pero que en un determinado momento de la vida pueden volverse sensibles: en embarazo, después de un tratamiento dermoestético (peeling, laser, etc.), o por un tratamiento farmacológico.
Durante el embarazo el cuerpo produce más cantidad de estrógenos, progesterona y hormona estimulante de los melanocitos (MSH), lo que provoca un aumento en la síntesis de melanina. Esta hiperpigmentación aparece en forma de manchas marrones o grisáceas en el centro de la frente, en barbilla o alrededor de la boca. El uso de un fotoprotector alto o muy alto ayudara a prevenir esas alteraciones de la pigmentación (cloasma). También habrá que tenerse en cuenta que la piel puede estar más seca de lo habitual lo que condicionará la textura a recomendar.
Algunos medicamentos producen fotosensibilidad. Una reacción cutánea exagerada que ocurre cuando se combinan una sustancia química (que puede ser un fármaco o un excipiente) fotosensibilizante y la exposición a radiación ultravioleta. En este caso se requiere usar fotoprotección alta o muy alta y evitar en lo posible la exposición a fuentes naturales (sol) y artificiales de radiación ultravioleta.
Así, preguntas del tipo: ¿por algún motivo su piel está sensible? o ¿está tomando algún medicamento? o ¿está embarazada o puede estarlo? no deberían faltar.
C.- Una pregunta fundamental: ¿Cuál es su tipo de piel?, ¿Tiene la piel grasa, seca…?
Finalmente el tipo de piel se va a relacionar con la textura del fotoprotector.
¿Cómo identificar el tipo de piel?
La piel seca: presenta una baja producción de lípidos, con aspecto mate, piel delgada y de tono apagado, los poros son diminutos es áspera y presenta más arrugas y descamaciones.
La piel grasa se reconoce por la alta producción de grasa por las glándulas sebáceas, presenta  brillo y un tacto aceitoso, tiene poros dilatados. Suele presentarse acneica con granitos y/o puntos negros especialmente en las aletas de la nariz. Su textura puede ser resbaladiza o áspera.
Es una piel mixta si presenta zonas de piel seca y zonas de piel grasa, especialmente si esta última se concentra en la frente, nariz y barbilla (zona T)
La piel sensible o intolerante Tiene tendencia a presentar rojeces, irritaciones, tirantez o picor, y a alterarse ante cualquier cambio, incluso emocional.
Una piel normal presenta un aspecto mate, con grosor medio, poro visible, tono rosado y tacto aterciopelado.
La textura es muy importante, pues si al usuario le gusta la textura, será más fácil que se aplique el fotoprotector y que se lo reaplique (que es el objetivo final).
Para la cara podemos escoger texturas como:
Cremas: más hidratantes (para pieles secas).
Fluidos: son texturas ligeras que se funden con la piel (para pieles mixtas y grasas). En el caso de pieles acneicas utilizar fórmulas oil-free (libres de grasas) y no comedogénicas.
Gel-crema: aportan la hidratación de la crema y la rápida absorción del gel (útiles en todo tipo de pieles). Por esa rápida absorción son recomendables para zonas pilosas.
Maquillaje en fluido y compacto: para que en un solo paso se obtenga protección, se luzca un bronceado uniforme, efecto maquillaje y se disimulen las imperfecciones. Incluso podría utilizarse como maquillaje diario.
Maquillaje en polvo: fácil de aplicar en cualquier momento y lugar.
Sticks y barras: para cicatrices, manchas u otras zonas de la piel que se desee proteger y disimular.
Labiales: además de proteger del sol evitan la aparición de herpes (el virus aprovecha la agresión que supone la radiación solar para dar la cara).
Para el cuerpo las texturas son más ligeras:
Lociones o leches: muy hidratantes y fáciles de aplicar.
Espumas y sprays: hidratantes y de fácil aplicación, refrescantes al aplicarlos
Aceites secos: con acabado seco y sedoso, trasparentes. Muy apreciados por el género masculino.
3.- ¿PARA QUÉ VA A USAR EL FORTOPROTECTOR?
Sí, ya sabemos que utilizará el fotoprotector para evitar los daños que la radiación solar puede producir en la piel: pigmentaciones, enrojecimientos, picores, quemaduras, aparición de herpes, alergias, riesgo de melanomas, fotoenvejecimiento…
Me refería a ¿qué tipo de actividad le va a exponer al sol?
No es lo mismo requerir el fotoprotector para hacer el trayecto diario de casa al trabajo, que para pasar las vacaciones en la playa (en verano han de usarse filtros más altos y tener mayor precaución), o que para salir a hacer deporte al aire libre.
No es igual pasar casi todo el tiempo de playa debajo de la sombrilla que puede reducir la radiación solar a la mitad, que pasar todo el tiempo en el agua o dar paseos por la orilla sin gorro o camiseta para protegerse.
Tampoco es igual ir a la playa al medio día que a última hora de la tarde. Si la intensidad solar es más alta el FPS también ha de ser mayor.
Para ir a hacer deporte se precisará un fotoprotector de fácil extensión, sin apenas aplicar masaje, que se absorba rápidamente y que no sea eliminado por el sudor. Los fotoprotectores con base de poliacrilamida permanecen mucho en la piel y tienden a resistir al agua así como a la sudoración. Las texturas ligeras (gel, spray) resultan fáciles de aplicar.
Deben tenerse en cuenta las cualidades del fotoprotector.
Remanencia. Capacidad de conservar las propiedades de fotoprotección en el tiempo.
Sustantividad o permanencia: Capacidad de fijarse a la piel para una protección verdadera y que no sea eliminado con el roce, el agua o el sudor.
En función de la resistencia al agua, se diferencian en:
1.- Fotoprotectores acuorresistentes (water resistant). Después de una inmersión en el agua de 40 minutos (2 baños de 20 minutos cada uno) queda al menos un 70% del valor de FPS calculado sobre la piel seca.
2.- Fotoprotectores extra-acuorresistentes (water proof) Si después de una inmersión en el agua de 80 minutos (4 baños de 20 minutos cada uno) queda  al menos un 70% del valor de FPS calculado sobre la piel seca.
Si ustedes preguntan tendrán la argumentación casi hecha.
Y cuando el cliente les comente:
- Es más caro que en el hipermercado
Podrán responder:
- ¿Le hicieron preguntas en el hipermercado? ¿Han tenido en cuenta sus necesidades y en función de criterio facultativo le han dado el fotoprotector más adecuado a sus circunstancias?
- Ya ha comprobado que nosotros sí. Le aportamos un valor añadido que de sobra justifica el sobrecoste ¿verdad?
Y tras el sí (del cliente) cerramos:
- Bien, ¿pagará en efectivo o con tarjeta?
POSDATA:
1.- A la hora de realizar la entrada he tomado apuntes de los blogs de algunos médicos: Jesús García Garrido, Amalia Arce y Rosa Taberner. Y de algunos farmacéuticos: Gema Herrerías, Miriam Macías B, Alejandra Crepo, Carmen Torres V, y Miriam García. Por lo que, posiblemente, les sonarán frases.
2.- Esta entrada fue publicada originalmente el 24 de julio de 2015 en el blog “El rincón de Linimento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario