jueves, 28 de junio de 2018

¿Elegir la farmacia para comprar un cosmético?

Ayer me pasaron 2 hechos destacables:
En mi cronología encontré este tuiteo:
Lo que me hizo leer el blog de procedencia, que evidentemente les recomiendo sigan (a estas alturas que puedo decir del blog de José Gastalver y Pablo García), pues que tiene muy buen contenido con infografías muy útiles en el día a día de la farmacia.
Como les decía, yo leí la entrada “¿mejor comprar en la farmacia o en hipermercados o perfumerías?” Pueden hacer clic aquí para leerlo directamente.
A modo de resumen les podré la infografía expuesta en el post:
¿Qué les parece? ¿Están de acuerdo con la infografía?
Les confieso que como farmacéutico estoy de acuerdo (debo estar de acuerdo), pero les dije al principio que ayer me sucedieron 2 cosas, veamos la segunda:
Ayer fui a comprar un fotoprotector y me dirigí a una farmacia para adquirirlo:
- Buenas tardes, necesito un fotoprotector
Sí, eso fue lo que dije. ¿Qué harían ustedes si un usuario les dijera esa frase en el mostrador de la farmacia?
La respuesta de el/la farmacéutico/a (según la placa que llevaba en la bata) fue:
-Farmacéutico: ¿Para la cara o para el cuerpo?
- Corporal, -dije
- Farmacéutico: ¿Un factor medio? ¿Un factor alto?
- Mejor alto, - respondí.
Se dirigió al expositor, tomó un tubo y me lo mostró diciendo:
- Farmacéutico: Además lo puede usar en la cara porque es gel-crema.
Ésta es la trascripción exacta del diálogo mantenido por servidor  y el/la farmacéutico/a que me atendió. Y esta fue la realidad (al menos la realidad que yo percibí). Por cierto, un dato que aún no les dije: cuando me atendió y mientras me atendió no hubo otro usuario en el mostrador.
A continuación, intentaré olvidarme de mi profesión y en un ejercicio de empatía imaginaré que sólo soy un usuario que decidió adquirir un producto cosmético en la farmacia y me permitiré reflexionar sobre los argumentos aportados por http://medicadoo.es/
Accesibilidad: Los farmacéuticos son los profesionales sanitarios más accesibles, disponibles sin cita previa, 24 horas al día, 365 días/año.
Es cierto, pero ¿justifica que un día laborable, a una hora “comercial” deba pagar un sobreprecio por el cosmético? Olviden que son farmacéuticos y póngase en la piel del usuario normal: ¿la accesibilidad justifica el sobreprecio?
Seguridad: En la farmacia conocemos la procedencia del producto, los productos de la farmacia deben seguir estrictos procesos  de conservación, transporte, temperaturas… para que el producto llegue en perfectas condiciones. Además en la farmacia están puntualmente informados sobre cualquier incidencia relacionada con los productos.
En primer lugar desconozco si la perfumería o el hipermercado tienen rutinas periódicas para detectar fallos de calidad, y/o cuáles son. Por otro lado debo confesar que he trabajado en farmacias donde el concepto les es absolutamente desconocido.
Pero sobre todo, no me gusta el tono “negativo”. Tal vez porque me haya influido J. Gitomer: “referirse de forma negativa a la competencia nos degrada” o quizá B. Tracy: “el vendedor nunca debe criticar o quejarse, ha de ser positivo constructivo y alegre”.
Yo prefiero venderme mostrando mis fortalezas a venderme señalando las debilidades de la competencia. Por otro lado, creo que sería dificultoso establecer una relación de confianza con alguien que critica a quien no está presente. No olviden que en realidad el vendedor no se dedica a cerrar ventas. Su función es “crear” clientes para toda  la vida. Así el cierre de la venta es el principio, no el final de la relación.
Profesionalidad: el farmacéutico tiene profundo conocimiento del producto, conoce las posibles reacciones adversas, interacciones, contraindicaciones…  para recomendarte lo que más te conviene.
Cierto. Pero no me hizo más preguntas que si lo quería para el cuerpo o si prefería un FPS alto. No me preguntó si estaba tomando algún medicamento, o si tenía la piel sensible, o si pensaba utilizarlo para mí solo o para toda la familia…
Consejo Farmacéutico: Nuestra razón de ser y nuestro elemento diferenciador… cuando te aconsejamos algo sabemos porque lo hacemos, que es lo más adecuado en cada momento teniendo en cuenta muchos factores como enfermedades, reacciones adversas, interacciones con otros productos.
Pero su consejo fue: como es gel crema también lo puede utilizar en la cara.
Nada de aplíqueselo media hora antes, u otros consejos sobre fotoprotección…
Teniendo en cuenta lo que ese/a farmacéutico/a ha realizado les pregunto:
¿Ha justificado que pague un sobreprecio por el producto?
Discúlpenme pero cuando me he puesto en la piel de simple usuario no he encontrado razones para pagar ese sobreprecio.
Podrán decir que es una excepción, que habitualmente no ocurre eso. No obstante, y ahora les hablo como farmacéutico, yo afirmo: posiblemente sea lo habitual. Y lo argumentaré con 3 datos que ya les mencioné:
1.- El asesoramiento sólo es mencionado como factor que interviene en la conversión de una farmacia en habitual por un escaso 1.9 % de encuestados. (Del estudio “Percepción social de la farmacia en la provincia de Sevilla" del año 2014)
2.- Cuándo toma medicinas, menos del 40 % de pacientes obtiene la información sobre ellas del farmacéutico. (Del Barómetro sanitario de 2013)
3.- y del Estudio REFCOM: la realidad de la farmacia comunitaria en España de 2014 les destaco:
a).-  El 78.4 % de los encuestados señaló que su farmacéutico no le pregunta si el tratamiento es de comienzo o de continuación cuando le dispensa la medicación.
b).- Sólo un 37.3% opina que el farmacéutico suministra (siempre o frecuentemente) información útil sobre su medicación. El 26.1 % opina que no la proporciona nunca.
c).- Por lo que se refiere a la resolución de dudas sobre la medicación un 58% acude al farmacéutico (ya sea siempre, frecuentemente o algunas veces) y un 41% afirma no acudir nunca por este motivo.
En definitiva, el farmacéutico no pregunta, no es proactivo, (por supuesto es reactivo: cuando el paciente le pregunta suele resolver sus dudas, pero el usuario tiene que preguntar. ¡Así es como nos ven los usuarios!
Y les diré otra cosa más, según el reciente Estudio de la OCU sobre satisfacción de los usuarios con el servicio que prestan las farmacias: esa falta de información espontánea está entre los aspectos que menos gustan. Está en segunda posición (22%), por detrás únicamente de los precios de productos que no son medicamentos (44%).
La farmacia se enfrenta a un reto: Necesita cobrar sus productos a un precio más alto que otros (necesita ese precio para mantener su infraestructura).
Pero entiéndanlo no le pagarán ese sobreprecio si no lo justifican con valor añadido. Y ese valor añadido no se encuentra en lo que es. El valor añadido (como en el resto de las cosas) reside en lo que pueden hacer (más bien en lo que se percibe que pueden hacer) por el cliente.
Lo repito, no les pagarán más porque sean la farmacia. Les pagarán más porque perciban, que como farmacia, le aportan un valor añadido que justifique el diferencial.
POSDATA. Tres cosas:
1.- Arriba les pregunté: ¿Qué harían ustedes si un usuario les dijera esa frase en el mostrador de la farmacia?
Lo que yo haría como farmacéutico (lo que entiendo que debió haber hecho el/la farmacéutico/a que me atendió), pueden leerlo (si lo desean) en las siguientes entradas. Hagan clic aquí, y aquí.
2.- Esta entrada ha surgido porque se dieron 2 circunstancias muy cercanas en el tiempo. Si no hubieran ocurrido de forma tan seguida la entrada no hubiera sido escrita, o se hubiera redactado de forma diferente.
Quizá piensen que deseaba polemizar con Medicadoo, o hablar mal de la farmacia. Yerran. Mi motivo es mover a la reflexión.
Discúlpenme si no aplaudo lemas rimbombantes y eslóganes para quedar bien, pero decir ¡qué buena es la farmacia! y colgarse medallas (mientras continuamos mirándonos el ombligo), gritar que la farmacia merece justicia y lealtad o el daño que le están haciendo a la farmacia (aunque sea rigurosamente cierto)… invita a quedarse tal cual y no afrontar el cambio.
Y la farmacia debe cambiar. Y pelear día a día, ocasión a ocasión para hacer posible ese cambio, porque de otro modo desaparecerá.
No lo olviden: ese valor añadido no está en lo que somos (la farmacia), o lo que merecemos (justicia y de lealtad para quien ha sido leal con los pacientes y el SNS), ni en declaraciones rimbombantes. Está en lo que hacemos cada día, en el valor añadido que nuestra actuación aporta.
3.- Esta entrada fue publicada originalmente el 24 de julio de 2015 en el blog “El rincón de Linimento.

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