Una de las dimensiones del surtido es
la amplitud, el número de categorías o familias que la farmacia ha decidido
trabajar. De tal suerte, la amplitud marca el número de necesidades satisfechas
o la cantidad de problemas de salud que la susodicha farmacia resuelve con su
surtido.
A la hora de decidir su surtido,
toda farmacia se enfrentará a un dilema: escoger tener un surtido amplio, o
elegir tener un surtido estrecho.
Un surtido
amplio presenta ventajas:
1.- Hay menos probabilidad de dar
“faltas”.
2.- Atracción de clientes por que la
farmacia “tiene de todo” (o casi de todo).
Pero también exterioriza desventajas:
1.- Supone un coste más elevado.
2.- Si, cuando vence la factura, aún
hay referencias que no se han vendido se estará financiando la compra.
3.- También existen costes de
oportunidad:
a).- No disponer de espacio para
exponer todas las referencias, lleva a perder oportunidades de vender (a través de compras recordadas, o con compras por impulso).
b).- Si se tienen expuestos productos
que no se venden, se pierde la oportunidad de exponer otros productos que
podrían haberse vendido
4.- Baja la rentabilidad del lineal,
pues el área de exposición tiene un coste muy alto para mantenerla ocupada con
productos que no se venden.
Ciertamente, un surtido amplio
aumenta la satisfacción de los clientes (al encontrar aquello que buscaban),
pero la rentabilidad disminuye.
Por otro lado, un surtido más estrecho
también tiene ventajas:
1.- Reducción en los gastos de
mantenimiento de las existencias.
2.- Hay posibilidades de ampliar el
surtido, pues se dispone de más espacio de exposición.
3.- Se mejora la gestión de
caducidades y conservación de productos
4.- Puede incrementarse la
rentabilidad del capital invertido.
Y, lógicamente, también posee desventajas:
1.- Mayor probabilidad de dar
“faltas”, que puede ocasionar:
a).- Pérdidas de ventas
b).- Pérdida de imagen
c).- Pérdida de confianza de los
clientes
d).- Oportunidad a la competencia
(para vender uno de sus productos y para captar uno de TUS clientes)
De tal suerte, los surtidos
estrechos mejoran la rentabilidad. No obstante se pueden perder clientes y con
ello sufrir pérdida de rentabilidad a largo plazo.
Además, el espacio disponible para
almacenar y exponer, y el dinero disponible para comprar ¡¡ES LIMITADO!!
EN CONCLUSIÓN:
La primera idea que tendríamos
que tener clara es olvidarse del “tengo que tener casi de todo”. Aunque
la farmacia esté en una zona de paso, sin un tipo de cliente muy definido.
Tener un surtido demasiado amplio es poco rentable y posiblemente poco
atractivo para los clientes, que podrían sentirse abrumados ante la enorme
variedad de estímulos y de opciones donde elegir.
Si representáramos el porcentaje de
clientes que compran en función del número de opciones para comprar, obtenemos
una curva en forma de U invertida. Las ventas aumentan hasta un máximo, para a
continuación caer a medida que se incrementan las opciones para elegir.
Los clientes se sienten
paralizados cuando tienen que tomar una decisión de compra entre muchas
opciones equivalentes, y tienden a retrasar la decisión ante la posibilidad
de equivocarse en la elección.
Por ello,
tendremos aquel surtido mínimo que nos permita cubrir las necesidades de
nuestros clientes. Un ejemplo: en la subcategoría higiene femenina un surtido
mínimo tan solo requeriría de un gel de pH ácido para el día a día, y un gel de
pH ligeramente alcalino para cuando hay vaginosis.
Se recomienda contar con al menos
3 opciones que cubran cada necesidad que pueden presentar los clientes y
que presenten ventajas competitivas entre ellas. En el 90% de los casos el
consumidor está dispuesto a seguir nuestra recomendación en detrimento del
producto premeditado.
En segundo lugar, definamos qué
surtido va a tener cada una de las categorías y subcategorías. Para ello
resulta fundamental conocer qué percibe el consumidor y qué productos/servicios
están disponibles en el mercado.
En tercer lugar, debe analizarse
el surtido de la farmacia. Las ventas cumplen la ley de Pareto: un 20% de
las referencias producen el 80% de las ventas. Por tanto hay que centrarse en
una serie de productos que se deben tener muy bien identificados.
Examinemos la rotación de las
referencias del surtido, y trabajemos de forma especial las más sensibles, de
consumo habitual (referencias A y B), cuyo desabastecimiento puede suponer la pérdida de ventas.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL TAMAÑO
DEL SURTIDO CON EL QUE TRABAJA EL FARMACÉUTICO?
Porque se trata de una variable que le
va a permitir alcanzar mayores niveles de eficiencia en su gestión.
Si como farmacéutico soy capaz de
aconsejar y apostar por un determinado surtido haré que mi gestión sea más
sencilla (deberé gestionar menos referencias), podré obtener mejores
condiciones económicas, y podré optimizar más el stock de cada
referencia.
Mantener 5 paracetamoles de 5
laboratorios de genéricos no es eficiente porque me obligará a tener stock para
cada uno de ellos. Si soy capaz de concentrarlos en 1 ó 2 laboratorios tendré
mayor volumen de negociación con mi mayorista y/o proveedor (seré mejor cliente
para ellos y podrán premiarme mi fidelidad) y también podré mantener menos
stock en mi farmacia.
Claro que hay excepciones y, en
ocasiones, la farmacia debe optar por ampliar su surtido para alcanzar ciertos
niveles de facturación que, de otro modo, no alcanzaría, pero nunca debe
dejar de valorar contar con un surtido lo más concentrado posible, porque eso
permitirá alcanzar unos mayores niveles de rentabilidad y eficiencia
en aquellas referencias que sean perfectamente sustituibles.
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